El hedor interminable en Villena
Funcionan dos plantas receptoras de basuras en Villena. Las dos con los pertinentes permisos administrativos y con varios años de gestión a sus espaldas y una de ellas bajo el amparo de nuestra Generalitat. Toda clase de basuras, y me refiero a los materiales orgánicos, suponen un excelente recurso para el reciclaje. Los restos orgánicos se descomponen, fermentan y van formando el compost, que a su vez generará el humus que será más tarde un buen caldo de cultivo, nunca mejor dicho, para el abono de nuestros campos. Si en la basura existen restos tóxicos y en las plantas de reciclaje no hay una adecuada impermeabilización se corre el riesgo que los líquidos propios de la fermentación contaminen la tierra. Esto sucede al penetrar estos líquidos en el subsuelo, pudiendo incluso alcanzar y envenenar un acuífero cercano.
Actualmente se clasifican los desechos según sea su material: plásticos por un lado, papel y cartón por otro, vidrios, etc. Este aspecto es el más fácil de diferenciar y de ordenar. El problema radica en aquellos elementos o desperdicios que, o bien no son reciclables por no ser orgánicos o bien son peligrosos por su toxicidad. Y aquí estriba el conflicto. Porque eliminarlos se tienen que eliminar, pero ¿dónde y cómo?
En Villena llegan diariamente centenares de camiones cuyo destino es verter, en sus plantas, toneladas de basura. La mayoría son orgánicas y por lo tanto aceptables. Pero esas otras peligrosas, tóxicas y sospechosas ¿se quedan en algún sitio? ¿en la mitad del camino? ¿se las come alguien? ¿desaparecen? ¿dónde se ocultan? ¿o llegan aquí y no lo sabemos?
Por lo menos, y que yo sepa, en el año 2003 traían a Villena productos no deseables, es decir, de cierto riesgo. Pudiera ser que determinadas cargas no fueran recomendables y en tal caso debieran ser rechazadas. Pudiera suceder también que en vez de devolverlos a su origen se certificara una obligada denuncia a la autoridad competente y ésta tramitaría la correspondiente multa, si es que ha lugar. Pero podría ocurrir que no se devolviera el producto a su punto de partida. De modo que, siguiendo con la especulación y la sospecha, podría también acontecer que determinados productos estén enterrados en nuestro término municipal. No seré yo quien lo denuncie por falta de pruebas. Para este ingrato menester ya está la Administración que tiene organismos para estos fines. O los mismos empleados, aunque no lo harán por no hacer peligrar su puesto de trabajo.
Pero lo que es contundente y objetivo es que Villena huele mal desde hace mucho tiempo. Muy mal y desde que empezaron a traer basuras de puntos muy lejanos. Ni el gobierno de Vicente Rodes, ni el del tripartito ni tampoco el actual hemos sido capaces de encontrar el origen del problema ni su solución. Aplaudo desde aquí cualquier investigación que erradique el problema. Si hemos tenido mala suerte nos seguiremos resignando, pero si hay culpables, y yo no digo que los haya, que se encuentren.
Fdo. Juan José Torres