Cartas al Director

El hilo conductor (artículo de Vicenta Tortosa)

Hasta hace algunos meses, la Economía había sido la gran desconocida para gran parte de la sociedad. Lo único que nos había preocupado era si iba bien o mal, cuestión relacionada totalmente con tener o no empleo. Términos como producto interior bruto, cuota de mercado, deuda pública, solvencia del sistema financiero… no eran temas del día a día como lo son ahora. Estos temas interesaban a los economistas, a los políticos de las altas esferas, a quienes acostumbrados a estas magnitudes macroeconómicas hacían uso de estos conceptos para interpretar lo que a menudo nos cuesta tanto al resto de mortales.
Y llegó esta crisis económica, yo diría esta nueva cruel crisis, que ha dejado en la desesperación a tantas familias y que ha dinamitado los pilares económicos mundiales de una forma insospechada y que nos sorprende de forma generalizada.

Si bien es cierto que nadie hubiera podido predecir el resultado que una mala praxis financiera podía conllevar, esto se ha agravado al presentarse con cotidianos efectos cambiantes, que han obligado a los diferentes países a acompasar las diferentes medidas puestas en práctica con las circunstancias acontecidas.

En la misma línea en la que he comenzado, aunque gran parte de la ciudadanía sigue sin entender de conceptos macroeconómicos, lo que sí está siendo cada vez más evidente para todo el mundo es quiénes –desde el ámbito político- queremos salir de la crisis porque nos preocupa la situación de esas familias que tanto están sufriendo, sobre todo porque pensamos que para salir de este atolladero, es necesario que quienes menos tienen sean los que menos sacrificios hagan para mantener la cohesión social de nuestro país. Por el contrario, el Partido Popular se ha ubicado en una posición de total enrocamiento pues necesita de la crisis, o lo que es lo mismo, necesita aprovecharse de ella, del desempleo, para seguir jugando la partida electoral.

A quienes, sin escrúpulos, han criticado al Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero de forma encarnizada, lanzando el demagógico mensaje de que no tiene rumbo ni previsión, no tienen ningún pudor en cerrar los ojos y negarle cualquier posibilidad a un imprescindible Pacto de Estado, pacto que debe mostrar a la gente, sobre todo a esas familias a las que me he referido anteriormente, que es posible aunar esfuerzos, arrimar el hombro y salir todos juntos de este bache histórico.

Las diferentes actuaciones que desde el comienzo de la legislatura se han iniciado por parte del Gobierno tienen un hilo conductor claro y de mucha fortaleza; en la fase más aguda de la crisis económica, su prioridad fue frenarla, paliar sus consecuencias y preservar la cohesión social. Para ello, se pusieron en marcha una enorme movilización de recursos, como los fondos y medidas para apoyar la estabilidad del sistema bancario, el Plan E, las aplicadas en el sector del automóvil, entre otras, dando una protección especial por desempleo que ha permitido con el subsidio de los 421 euros –ahora 426–, que la protección por desempleo alcance casi al 80% de los desempleados.

Sin embargo, más allá de la coyuntura concreta de crisis, es necesario que se realicen unos cambios profundos en la forma de percibir nuestra sociedad, lo que ha llevado al gobierno socialista de nuestro país a adoptar nuevas medidas que impulsen la renovación de nuestro modelo de crecimiento económico.

Además del incremento de la inversión en I+D+i que ha convertido a España en el segundo país de la UE-15 que más la haya aumentado desde el año 2004, de la aprobación de una nueva Ley de Suelo, del refuerzo realizado en la educación o en el rotundo impulso de las energías renovables, entre otras acciones puestas en marcha, lo que el PSOE ha propuesto es el Plan de Estrategia de Economía Sostenible, cuyo objetivo primordial es el de renovar el modelo económico.

Tanto la Ley de Economía Sostenible anunciada ya en el pasado mes de diciembre por Zapatero, como el resto de reformas planteadas inspiradas en las orientaciones generales que fueron acordadas en el marco europeo, tienen la misión de impulsar la creación de empleo y superar los desequilibrios estructurales de la economía española.

El Gobierno ha previsto una serie de herramientas para ello: el plan de reducción del déficit (plan de austeridad del Gobierno sin que suponga recortes en inversión en I+D+i, ayuda en desarrollo y protección social), el proceso de diálogo social (con un documento para la concertación social que incluye una reforma del mercado de trabajo y como prioridades los jóvenes y la contratación indefinida), la propuesta de reforma de pensiones para ser tratada en el Pacto de Toledo, así como una nueva ley de ciencia.

Pero estas herramientas tienen que ser compatibles con el propio proyecto político del Partido Socialista Obrero Español, por lo que deben por encima de todo defender los avances sociales y reforzar la protección social que hemos conseguido en todos estos años.

La oportunidad de la crisis no debería de ser arañar un puñado de votos.

Muchos son ya quienes fundamentan esta oportunidad de manera constructiva y positiva. Oportunidad global, en el cambio climático, en los medios digitales, en la lucha contra la corrupción, para la solidaridad entre los pueblos, para el fortalecimiento de la Unión Europea,… son algunas reflexiones a las que nos invitan unos nuevos tiempos, con una mayor responsabilidad entre todos para el futuro, un futuro que en nuestro país no puede ser posible sin una lectura progresista de todas las reformas profundas que está poniendo en marcha nuestro Gobierno.

Vicenta Tortosa Urrea
Diputada nacional del PSOE

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