Ciudad

El mal estado de las instalaciones puede ocasionar el cierre del Asilo de Ancianos

El mal estado en que se encuentra el Asilo de ancianos de Villena, cuyas instalaciones poco menos que hacen aguas por todas partes, ha llevado a las responsables de la Orden de Hermanas de Ancianos Desamparados a plantear un ultimátum al Ayuntamiento, incapaz de encontrar una solución satisfactoria a un problema que viene de tiempo atrás.
Esta misma mañana tenía lugar una reunión en Alcaldía para intentar encontrar alguna solución. A la misma asistía la General de la Orden (la máxima autoridad), así como varias hermanas del Asilo de Villena y el abogado de las religiosas, que al parecer han planteado el problema en términos muy simples: o se le da una solución inmediata o las hermanas están dispuestas a dejar Villena, trasladando a monjas y ancianos a otros asilos de la orden, y cerrando sus instalaciones aquí, con lo que casi 20 trabajadores irían al paro.

A las presiones de las hermanas, que se ven incapaces de prestar un servicio en condiciones dignas a los ancianos atendidos, se suman las de la Dirección General de Patrimonio, muy preocupada por el estado del que fuera Palacio Mergelina, una de las joyas del patrimonio villenense y cuyo deterioro puede llegar a ser irreversible si no se toman a tiempo las medidas pertinentes.

Antecedentes
Desde hace años, las Hermanas de los Ancianos Desamparados vienen demandando al ayuntamiento la posibilidad de intercambiar tanto el Palacio Mergelina como las instalaciones anexas por otros terrenos para poder construir un nuevo centro que les permita dar mejor servicio a los residentes y también formalizar las dependencias ante la Generalitat, ya que, al parecer, el inmueble no está homologado para prestar sus servicios habituales.

En la legislatura anterior, ante esta petición, el equipo de gobierno en un primer momento pensó en permutar los terrenos por los del Pabellón Festero, pero las Hermanas no aceptaron, debido a que la superficie del Pabellón no supera los 8.000 metros, y ellas necesitan mayor superficie para poder realizar el centro que desean.

Posteriormente se les ofrecieron a las Hermanas los terrenos de que dispone el ayuntamiento junto al colegio Joaquín María López, con una superficie de 11 mil metros, pero tampoco aceptaron, ya que estos terrenos no fueron del agrado de las Hermanas de los Ancianos Desamparados al considerar que el lugar, según ellas, no era el adecuado por su lejanía del centro de la ciudad, impidiendo así los paseos de los residentes durante el día.

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