Fiestas

El Manto de las Indias

El pasado sábado santo 3 de abril , por la tarde, se produjo un cambio de manto a Ntra. Patrona, el preceptivo tras la celebración de la Semana Santa. Este año se decidió la sustitución del Manto de Rogativas Morado, que había portado la sagrada Imagen durante los días de Cuaresma, por el denominado el Manto de Indias. Este cambio fue especial, ya que se contó con numeroso público, más de lo habitual, y con la presencia de las cámaras de Intercomarcal Televisión, estando amenizado por música de cámara. Sin duda fue especial, era el Manto de las Indias, posiblemente la indumentaria más antigua que posee nuestra Patrona.
La semana siguiente, domingo 11 de abril, día de la renovación del Voto desde 1624, muchos de los visitantes pudieron apreciar su textura y su bordado. Poco antes de finalizar la Santa Misa tuve la suerte de leer información acerca de este manto. Se trata de un manto cargado de historia, tradición y leyenda, realizado en seda cruda y bordado con realce en oro y plata. Con espejuelos de diversos colores, diversidad de símbolos marianos, acompañados con bordados de cadenas, ramilletes de flores y hojas de acanto. Los flecos del remate son de oro y plata. Es un Manto que no se coloca con asiduidad, debido a que se encuentra deteriorado, probablemente a causa de su utilización continuada durante las décadas de los 40 y 50.

Según el libro “Las Vírgenes de las Virtudes de España”, obra de D. Vicente Prats Esquembre y del desaparecido D. Alfredo Rojas Navarro, este manto data en su confección de finales del siglo XVII o principios del XVIII, ligeramente anterior al denominado Manto del Sol. Con estos datos podemos afirmar que estamos hablando del Manto más antiguo que posee Nuestra Patrona, con una antigüedad aproximada de 350 años.

Esta indumentaria toma su nombre debido a que la tradición lo situa como el regalo de un “indiano”, dando así prueba de agradecimiento por ser curado de una grave enfermedad gracias a la milagrosa intercesión de la Morenica. Esta leyenda se encuentra relatada en seis actos en el Romancero Villenense, obra del canónigo D. Gaspar Archent. A modo de síntesis y dada la extensión del relato, nos van a permitir extraer unos breves y resumidos fragmentos del romancero villenense, acerca de la ofrenda del manto de las Indias.

Buscando de la fortuna
las caricias halagüeñas
y acuciado por la sed
del oro que a muchos tienta,
marchóse a tierras lejanas
un soldado de Villena.

Todo lo probó el iluso
buscando de la fortuna
las caricias halagüeñas,
fascinado por el brillo
del oro que a tantos ciega.

Viajó errante y vagabundo
por capitales y aldeas
sin hallar en parte alguna
quien atendiese sus quejas

Embarcóse en un navío
que al viento daba sus velas
y qué con rumbo a la India
por altos mares navega.

Arribó nuestro soldado
después de la dura prueba
de un viaje peligroso
de huracanes y tormentas

Sintió en su cuerpo
el zarpazo de la fiera,
el grito agudo del hambre
y el dolor de la miseria.

Entró de mozo a servir
el soldado de Villena
en casa de un gran señor
famoso en aquella tierra
por sus extensos dominios
y por sus vastas haciendas

Quiso Dios que a nadie olvida
y hasta las aves sustenta
con el cuidado solícito
de su amable Providencia,
que el criado y el señor
fácilmente se entendieran.

Mas como nunca en el mundo
hay felicidad completa,
aquel señor tan famoso
por sus cuantiosas riquezas
cayó enfermo gravemente
víctima de una dolencia

El enfermo cada día
iba perdiendo más fuerzas
y apagándose lo mismo
que la luz de una candela
a la que falta el aceite
que viva su luz mantenga.

El criado que era bueno
y que a su amo profesa gran cariño,
sintió al punto tan honda y aguda pena

Va a morirse su buen amo,
el que su amparo le presta
y le prodiga amoroso
sus cariños y finezas

Nuestro prófugo soldado
aunque está en lejanas tierras,
no se ha olvidado jamás
de sus cristianas creencias

y cual preciado tesoro
aún la devoción conserva
de aquella Virgen bendita
en una sencilla estampa
de papel, consigo lleva.

mire, señor, esta estampa
de mi Virgen hechicera,
la Virgen de las Virtudes,
la patrona de Villena

El enfermo lo miró
con vaga mirada incierta
tomó la estampa afanoso,
y de sus labios exangües
brotó una oración sincera.

Pero de pronto la estampa
entre sus manos aprieta
y formando con sus dedos
como una bola pequeña,
la echó rápido a su boca
y la tragó con presteza.

Pasaron unas dos horas
y el enfermo al fin despierta
lanzando gritos de júbilo
que toda la casa llenan,

afirmando que está bueno,
que ya curado se encuentra,
que lo ha salvado una Virgen
de afable cara trigueña.

Así lo comprendió el amo
y mandó que con presteza
a su pueblo el criado fiel
una carta remitiera
pidiendo medida exacta
del manto que puesto lleva
la Virgen de las Virtudes;

pues él de su amor en prenda
quiere mandarle otro manto
tejido de rica seda
que sea de su gratitud
tan sólo una débil prueba.

Al finalizar la Santa Misa, los fieles, encabezados por las autoridades presentes, pasaron por el camarín a para ver de primera mano los detalles del bordado de este manto.

Desde aquí me gustaría agradecer a El Periódico de Villena la cesión del espacio en su Especial Fiestas 2010 para la publicación de este artículo acerca de este importante manto de la Virgen de las Virtudes. Simplemente queda la satisfacción de haber podido compartir este trozo de historia con los asiduos visitantes del Santuario. Nos ha permitido conocer su historia y trasladarnos hacia su leyenda, una leyenda cargada de emoción y sentimiento.

Toni López.
Secretario de la Junta de la Virgen.

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