El Orejón
Después del Pleno del pasado jueves, ha quedado confirmado que al alcalde de Villena se parece cada día más al Orejón. La justificación-protección que muestra para con su concejal de equipo de inoperante desgobierno Richart ya no se puede achacar a un hecho aislado.
Al igual que el Orejón, Pachi tiene cada día las orejas más grandes, pero los oídos más pequeños. Ni el clamor de la monopartita oposición del PP municipal, ni las denuncias de foristas en los medios digitales, consiguieron que el alcalde y su cuatripartito equipo de desgobierno adoptasen una postura más prudente al aprobar el la concesión de la recogida de la basura en Villena.
Al igual que el Orejón, Pachi tiene la boca muy grande, pero vuelve a mostrar evidencias de no tener tan grande la conciencia. Así, no conforme con cómo sujetó el bastón en el Pleno del día 30, el viernes 31 salió en rueda de prensa, con todo su mando, que no autoridad, a justificar lo injustificable de su concejal enfermo imaginario. Decía el alcalde que Richart hizo un gran esfuerzo viniendo a aprobar su moción, cuando evidentemente, de no haber asistido, se hubiera dejado sobre la mesa, pues alguien de su equipo cuatripartito, que se veía aprobando el presunto amaño sin estar presente el responsable directo, exigió que si este señor no estaba presente en la votación de inmediato se dejara sobre la mesa, ya que se veía claramente toda la intención de evadir su responsabilidad a la hora de votar. De no haber reaccionado así este miembro del cuatripartito, el alcalde, acostumbrado a consentir decretazos por encima de su maltrecha autoridad, hubiera aprobado semejante concesión con su voto de calidad, dejando fuera de toda responsabilidad al autor de este desaguisado. Lo triste es que ya no nos escandalizan las actitudes de nuestro alcalde, ya que en dos años de legislatura vamos descubriendo cuáles son sus valores y su ficticia autoridad.
Al igual que el Orejón, Pachi tiene la cabeza muy grande. Ya le caben hasta la fecha dos verdes corridas de toros del día 7, con decretazo en 2012 incluido. Ya le caben los irreductibles cargos de confianza, las alejadas línea y estación del AVE. Ya le caben los interminables trenes de mercancías que pronto pasarán por el tercer carril conseguido del trazado tradicional del ferrocarril. Ya le cabe la cegada e inacabada Rambla Conejo, el incumplimiento total de su programa electoral. Ahora se entiende porque no quiere el casco para circular en bici por la ciudad. ¡No le cabe con esa cabeza!
Al igual que el Orejón, Pachi tiene la nariz muy grande, pero la percepción de olores muy pequeña. Ya no huele la basura del vertedero. Ya no huele la maría que el viento traslada hacia la Plaza Colache. Y ahora que cuatripartitamente manda, tampoco huelen las concesiones administrativas municipales.
Al igual que el Orejón, Pachi tiene los ojos muy grandes, pero la vista muy corta. Así, lo que todo el pueblo está viendo, transcurridos ya dos años de legislatura, es quién manda de verdad en la ciudad.