Cartas al Director

El oro es la vida

El otro día leía un artículo que firmaba Vicente Magro, que comparte la misma afición que un servidor por escribir y extrapolar sus sentimientos y opiniones compartiéndolas con los demás. Me llamó mucho la atención este último artículo que titulaba: ”Cada minuto de vida es un regalo”. En este texto el autor, habla y describe lo que más le debe importar al ser humano, su propia salud.
Está claro que estamos atravesando todos los ciudadanos de este país una etapa muy dura de zozobra económica, pérdida de derechos y de bienestar a todos los niveles y que esta situación nos está provocando una angustia por nuestra situación real en un futuro a corto y medio plazo.

Quien está en el paro ya tiene encima de sí la angustia y el estrés, ya que tiene que encontrar empleo para poder subsistir. Los que trabajan en empresas privadas, rezando para que todo funcione y no den en quiebra. Los funcionarios con sus asuntos de bajada de sueldos y productividad, los interinos con el miedo metido en el cuerpo por si los tiran. O sea, toda la sociedad actual traumatizada por mantener sus puestos de trabajo y de este modo poder seguir con la sagrada monotonía de la subsistencia.

La verdad, como dice Vicente, que equivocados estamos. Está claro que hay dos cosas imprescindibles para que el ser humano sea completamente feliz. La primera es tener salud y posteriormente poseer un trabajo que le permita mantener todos los gastos imprescindibles para el desarrollo de una vida digna, ya que por desgracia, en esta sociedad de consumo que hemos inventado, todo cuesta dinero y sin él, no se puede vivir.

Aunque la salud es el único bien preciado que posee el hombre, el oro de la vida, si esta se pierde, todo lo demás no tiene valor, ya que toda la vida rueda alrededor de ella.

Una persona a la que le falta la salud, pierde la ilusión por todas las cosas bellas que hay en este mundo. Se introduce en un círculo de tristeza y pesimismo, del que es muy difícil salir. Sobre todo, si tiene una enfermedad grave que los médicos no pueden curar. Ahí está el problema como dice el autor del artículo descrito.

Por eso, todos los asuntos de la sociedad se pueden sobredimensionar, pero los temas de salud son muy delicados y realmente preocupantes, ya que en ellos, nos puede ir la vida y si es así, todos los demás asuntos quedarían totalmente eclipsados.

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