El PSOE reinstaura el caciquismo
Qué fácil parece, después de no llevar a cabo ninguna reforma económica en cuatro años de legislatura, engañar a los españoles comprando su voto según hemos observado al conocer la última medida del PSOE en materia económica para intentar contrarrestar la iniciativa que ha tomado el PP ante las próximas elecciones generales. Ante la falta de ideas y propuestas, populismo caciquil y barato.
Esta medida de regalar 400 euros a los contribuyentes, ha sido calificada como propina, jugarreta, cheque de compra de votos, práctica caciquil decimonónica y otros calificativos que por otro lado hacen justicia a esta acción, que no hace sino ejemplificar la desorientación y la falta de rumbo de este ejecutivo en solucionar los problemas reales de los ciudadanos.
El Partido Socialista no ha llevado a cabo absolutamente ninguna reforma económica ni fiscal en vistas de la crisis que se avecinaba, y que de algún modo, nos afectaría claramente. En cambio, este partido se ha caracterizado por medidas precipitadas y populistas como el cheque bebé de 2.500 euros, y ahora con la promesa, por supuesto a las puertas de las elecciones generales, de regalar 400 euros a los españoles. Sin embargo, se les ha olvidado decir a qué españoles. Precisamente las personas que más necesitarían ese cheque en forma de voto son precisamente los que no lo pueden recibir, puesto que va encaminado a las personas que ganan más de 21.000 euros anuales, toda una medida injusta e insolidaria que no sólo no resolvería parte del problema económico por el que atraviesa nuestro país, sino acuciaría todavía más la crisis agotando aún más las arcas del Estado en la coyuntura actual.
La polémica idea del PSOE acarrea sin embargo un significado más profundo. Toma a los españoles por ignorantes, utiliza los fondos públicos con fines eminentemente electorales y mienten a los españoles una vez más, no solucionando sus problemas, que requieren de una amplia reforma que no han sido capaces de llevar a cabo en cuatro años de legislatura, sino pidiéndoles el voto a cambio de una contraprestación económica para continuar gobernando y perpetuarse cuatro años más en el poder, a costa de todos los españoles.
Por no gustar no ha gustado ni a un amplio sector del PSOE, que no es más que una compra de votos poco seria y caciquil que, curiosamente, el Partido Popular ha logrado coincidir con otros líderes políticos, e incluso con los socios de gobierno del propio Rodríguez Zapatero: El número 2 del Partido Popular, Manuel Pizarro ha calificado la noticia de disparate: "Del dinero que le quité el año pasado a los españoles, le voy a dar una parte porque me viene bien, que es año electoral". José María Aznar: "Quién les iba a decir que acabarían comprando votos como Robledo y Romanones". Durán i LLeida: una vergüenza» y una «inmoralidad. Gaspar Llamazares: cheques regalo que generan la impresión de una clara compra de votos.
Paradojicamente, nuestro Ministro de Economía, Pedro Solbes, a parte de aburrrir a todo el mundo, se toma la libertad de afirmar que aquí no pasa nada, no vamos a hacer nada porque la economía española es fuerte y está preparada. Entonces nos preguntamos, si es verdad que no pasa nada, ¿por qué regala el gobierno como medida urgente 400 euros? La respuesta es sencilla. Cuando existe un gobierno sin rumbo, carente de ideas e iniciativas, sencillamente porque no se esperaba gobernar, se acude a prácticas decimonónicas y populistas para ganar el voto, un voto que saben que pueden perder por la nefasta labor acometida en cuatro años de gobierno, de pasotismo económico, negociación con los asesinos y desfragmentación de la unidad nacional en 17, y entretanto, el presidente del gobierno se toma un café a 80 céntimos en la Moncloa, un español medio, que no llega a fin de mes, tiene que escuchar estas auténticas barbaridades, porque desgraciadamente, la mayoría de los españoles, al contrario que Solbes, no dejamos un euro de propina para un café.