El que paga, manda
No será tan buena mi pluma, amigo Juanjo, cuando de mi columna deduces que me despacho a gusto con el equipo de gobierno, repaso descoordinaciones y extravagancias y me mofo de la escasez de dinero que viven las arcas municipales, lo cual me lleva a pensar que no he sabido transmitir correctamente lo que quería decir.
No obstante, y tras releer el escrito de la discordia, me reafirmo en lo sustancial. La intención no era otra que demandar un plan, un guión... En definitiva, la hoja de ruta a seguir los próximos cuatro años. No creo que sea tan descabellado y suponga ataque alguno. Si por separado Los Verdes, el PSOE y VCD (como cualquier formación política mínimamente seria) han discutido, consensuado y lanzado sus propuestas a los villeneros presentadas en actos públicos, editadas en folletos y libritos, publicadas en páginas web y difundidas por redes sociales
debe ser que las consideran importantes, y esa importancia se torna aún mayor cuando ya no son meras propuestas, sino que, urnas mediante, se convierten en un compromiso firme con sus votantes, en primer término, y en segunda y más importante instancia, con la ciudadanía en general.
El repaso de descoordinaciones, en caso de existir, vendría motivado por la ausencia de respuesta. Hasta tres concejales intentaron aclarar cuáles iban a ser los pasos del tripartito, y he de afirmar que sin éxito, porque seguimos sin saber nada al respecto. Afortunadamente, vamos a tener un nuevo presupuesto municipal sobre la mesa más pronto que tarde, y de la lectura y análisis de sus diferentes partidas adivinaremos las intenciones de nuestros gobernantes, descubriendo qué es aquello que priorizan y qué aquello que queda relegado en espera de mejores tiempos económicos, lo cual me traslada a lo de la mofa por la escasez de dinero, burla que no veo por ningún lado, ya que por descontado la situación no me hace gracia alguna no creo que a nadie sensato le guste y jamás de los jamases osaría atribuírsela al actual equipo de gobierno, que bastante tiene con lidiar con el marrón heredado e ir tapando agujeros a medida que se van produciendo.
No obstante, la falta de dinero tampoco me parece argumento suficiente para no presentar un programa, en primer lugar porque propuestas como actuar con mayor transparencia o escuchar más al ciudadano, sin tener un coste material, también forman parte de la acción de un gobierno, y como votante me gusta saber qué me proponen para, cuando pasen cuatro años, valorar si han cumplido o no. Y en segundo lugar, porque esa falta de dinero no es tal, o al menos no del todo, ya que, durante los próximos cuatro años, nuestros gobernantes van a gestionar, tirando por lo bajo, unos 80 millones de euros, que son más de 13.000 millones de pesetas, una pequeñísima parte de los cuales los voy a aportar yo. Y como ciudadano, votante y contribuyente, exijo saber qué se quiere hacer con mi dinero. Así de simple.