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El reconocimiento institucional a la familia Guillén se convierte en un homenaje a los empresarios y trabajadores del calzado

Este viernes ha tenido lugar, en el Museo del Calzado de Elda, el acto de reconocimiento a la familia Guillén, cuyos integrantes llevan dedicados a la industria del calzado desde, al menos, el año 1824, como ha podido demostrarse con documentación oficial, aunque hay fundadas sospechas de que dicha tradición se remonta aún más atrás.
El acto ha contado con la presencia de una nutrida representación de sectores institucionales –Celia Lledó y Jesús Martínez, la teniente de alcalde de Elda, Virginia Romero, y el director del Museo del Calzado–, industriales –Joaquín Marco, Secretario Ejecutivo de la Asociación Comarcal de Fabricantes, Germán Selva, que fuera presidente de la misma, o Francisco Guillén, “patriarca” de la familia y fabricante durante 60 años–, y culturales –Vicente Prats, César López Hurtado, Eleuterio Gandía, José Vicente Arnedo Lázaro, José Luis Barrachina, Romualdo Moreno, José Fernando Domene Verdú…–, además de numerosos miembros de la propia familia Guillén.

Los profesores Gabino Ponce y Antonio Martínez Puche, autores del estudio La industria del calzado en el Alto Vinalopó (1850-1977). Origen y expansión de una manufactura, han sido los encargados de abrir el acto, reivindicando la industria zapatera, su tradición y su importancia en la economía de Villena y comarca, y calificando el acto como “un merecido homenaje para la familia Guillén y para todos los empresarios y trabajadores del calzado, personas emprendedoras, dinámicas y valientes a las que tanto les debe nuestra comarca”.

Hay futuro
Y tras hablar sobre el pasado, ha llegado el futuro, reivindicado por Joaquín Marco, quien abogando por “restaurar la memoria de la industria del calzado” también ha tenido tiempo para defender el futuro del sector y apostar por el mismo: “En su día hubo quien dio por muerta a la agricultura y en cambio ahí tenemos a empresas punteras y modélicas”, señalaba, realizando un paralelismo con el esfuerzo de los industriales por la modernización del sector y la búsqueda de nuevos mercados y clientes.

En la misma línea se manifestaba Celia Lledó, recordando el carácter “tradicional y artesano” de un sector que pronto contará en Villena con un monumento que homenajeará a sus integrantes, pero que también mira al futuro con optimismo. Así, Lledó se ha referido al apoyo de Villena a la campaña “Zapatos de España 2008” y a proyectos como el AVE o el Puerto Seco, que mejorarán la capacidad logística y de distribución de los industriales. Especial hincapié ha hecho la alcaldesa en mejorar la promoción del calzado de Villena, apostando para ello por promocionar sus mejores cualidades, entre ellas su componente saludable, pues un buen calzado infantil es necesario para el correcto desarrollo físico de los niños.

La séptima generación
Para finalizar ha tomado la palabra el propio Julio Guillén, quien ha agradecido la presencia de todos los asistentes y la gran acogida que el Museo del Calzado y las instituciones han prestado a este acto. El empresario ha reivindicado la presencia en Villena de una calle que tenga por nombre “Zapateros” (ya la hubo en su día, aunque posteriormente se le cambió) y ha procedido a realizar la donación de los retratos de dos de sus antepasados –Florencio Guillén Martínez, “Toquis Nonis”, y Florencio Guillén Navarro–, donación que ha estado a cargo de las dos hijas de Guillén, María y Nuria, la séptima generación. Desde hoy, dichos retratos pasan a formar parte, por derecho propio, de la Galería de Fabricantes del Museo del Calzado de Elda, donde compartirán espacio con los retratos de 200 industriales relacionados con el sector industrial más importante de Villena y del valle del Vinalopó.

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