Cartas al Director

El relator infiltrado

Querid@s lectoras/es. Me van a permitir que, abusando de su paciencia, les recomiende la lectura del artículo que he encontrado en uno de esos periódicos digitales que tanto abundan en internet y que me ha llamado la atención por su singularidad. El artículo está firmado con seudónimo por alguien que dice haber estado de incógnito en la manifestación de este domingo en Madrid. Creo que no vamos a tener ninguna información de este acontecimiento desde un punto de vista tan cercano. Así dice la crónica:
“Hace una semana llegué a cierta ciudad de España en la que me presenté como el representante comercial de una empresa ficticia que distribuía cierto tipo de productos de gran aceptación en un segmento del mercado. Esta actividad me hizo relacionarme rápidamente con el sector que me interesaba y me permitió apuntarme en la lista de personas que se subirían a los autobuses que nos han traído a Madrid “gratis total” esta mañana de febrero.

Y aquí estoy, entre ellos, llegando a la plaza de Colón, en la que han quedado para leer un manifiesto de media hora (luego criticaban a Fidel) en el que explican las razones por las que Pedro Sánchez tiene que dimitir y convocar elecciones.

Supongo que a estas alturas del relato, todo el mundo sabe que soy un infiltrado. No me pidáis más información porque si os la diera jamás podría volver a introducirme de manera secreta entre “ellos”. Sólo os contaré lo que dicen y lo que no dicen. Esa es mi misión.

Hablan como si se acabaran de salir de una película de espadachines. Aseguran que sólo son españoles los que están hoy en esta plaza. Que no lo son los que no están en ella. Que España es la derecha, como toda la vida. Que los españoles de bien de bien son de derechas y que no hay otra preocupación por encima de la preocupación de la unidad de España. Pero no la unidad de España con diálogo y acuerdo, no (eso queda para los traidores y felones), la unidad de España a hostias si fuese necesario, a “cientos cincuenta y cinco”, a “a por ellos oé”. Han venido a decirle a “Pedro El Ilegítimo” que Cataluña necesita mano dura y España unas elecciones cuyo resultado debe ser que ganen ellos o que, al menos, la suma de ellos les permita gobernar y que si así no fuese, debería convocar otras elecciones al día siguiente… Y así sucesivamente hasta que ganasen.

Me la juego y voy de grupo en grupo soltando algunas cosillas para ver como respiran a cerca de otros problemas que tiene “su” patria.

Entre estos “elegidos” nadie tiene ni idea de que hay un veinticinco por ciento de españoles en riesgo de pobreza. Todos hablan de crímenes pasionales en relación a las mujeres y niños que mueren casi a diario por violencia machista. La opinión sobre los jóvenes que se van de España a buscarse la vida a otros países es que son unos “jipis” a los que les gusta mucho hacer turismo y que los que están parados es porque no les gusta trabajar. Que los viejos que se manifiestan por las pensiones están en la calle porque no hay obras para mirar y se aburren…

De manera que doy por cerrada mi investigación, ya que con estos datos tengo suficiente para informar a mis superiores sobre el perfil de los “patriotas” y ni se me ocurre introducir nuevos asuntos relativos a la ley mordaza, a las condiciones laborales de los trabajadores, al deterioro de la sanidad, al abandono de la enseñanza, a la corrupción generalizada, a los rescates de bancos, de autopistas, de prospecciones petrolíferas… y como sospecho que jamás han abierto un diccionario tampoco pregunto por el significado de la palabra justicia.

Antes de abandonar la manifa y ante un grupo que porta la bandera de España con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, proclamo que la Constitución Española garantiza que la religión católica es el vínculo que asegura la unidad de España y que el español es la única lengua de la patria y todas las demás son dialectos. Han dado vivas a la Constitución, a la Guardia Civil, a Santiago y cierra España, me han abrazado (que casi me dejan sin respiración) y me han llamado camarada… Luego ha sido fácil salir de allí, tampoco eran tantos”.

Hasta aquí la transcripción del escrito al que no he modificado ni siquiera una coma. Que se lo haya hecho llegar a ustedes no significa que esté de acuerdo con él ni todo lo contrario. Únicamente, que me ha resultado curioso encontrarme con algo que se ha hecho desde las mismas entrañas de la criatura. Si quieren tener acceso a otras noticias curiosas, pueden llamarme al 5559677862. Gustosamente les daré la dirección web del diario.

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