El Respeto y la Libertad de Expresión
No es intención del que esto escribe echar leña al fuego, y menos aún subirme al carro de la polémica, en un asunto que está copando toda la información de la ciudad tanto en los medios escritos, como en los digitales. Simple y llanamente, y con el mismo respeto, con el que quiero exponer mi opinión sobre la contratación de Leo Bassi y su polémica obra La Revelación, quiero que se me respete mi opinión pues no soy ni retrogrado, ni intolerante. Pero en algunos casos discrepo mucho de aquellos que con la única baza de la libertad de expresión, lo dan todo por bueno.
Considero que uno de los valores más preciados que podemos tener, entre otros, es el respeto mutuo a ideas políticas y religiosas, aunque en los últimos tiempos parece ser que si no se insulta o descalifica al contrario, nuestro argumentos no tienen sentido. Flaco favor para el buen entendimiento, o dicho de otra manera, sólo aquel que necesita llegar a la descalificación y el insulto, es aquel que carece de motivos para alardear de su trabajo o labor bien hecha.
Pero volviendo al asunto por el que realizo este escrito, ¿qué clase de cultura es la que para tener sentido necesita de la descalificación? ¿Se puede llamar libertad de expresión al insulto u ofensa? Sinceramente pienso que cuando se falta al respeto de ideas u opiniones, se esta denigrando el verdadero espíritu de la Democracia. La libertar no sólo consiste en decir lo que se quiera, sino en saber decirlo y cómo se debe de decir. ¿Qué clase de libertad de expresión es aquella que divide, y en vez de hacer amistades crea enemistades? Todo lo positivo que tiene la libertad de expresión bien usada, cuando se hace un uso abusivo e irrespetuoso de ésta descalifica por si sola al individuo.
En los últimos años hemos sido testigos de cómo un mal uso de la libertad de expresión no solo ha llenado paginas de periódicos, también han originado crisis entre países y culturas, como lo fue con la caricaturas del Profeta Mahoma. Esto, al igual que el tema que nos trae, no se puede considerar cultura, la cultura no tiene porque crear conflictos, sino ser medio de unión y panacea de los grande conflictos que por desgracia azotan a la Humanidad. ¿Cómo se les puede englobar a estos actores y autores como gentes de la cultura? Pero el colmo de esto es pretender justificar estas representaciones y publicaciones como la Biblia pornográfica en la Libertad de Expresión. ¿Qué libertad? La que nos interesa, y cuando ésta no favorece a aquellos que se les llena la boca con la defensa de la Libertad de Expresión, se pide el cierre, como algunos defensores de esta libertad han insinuado que se cierren algunos medios de comunicación incluyendo a todos aquellos que discrepan de la línea oficial que marca un determinado y poderoso medio de comunicación junto al gobierno.
Últimamente, parece ser que existe un gran interés por enfrentar el laicismo con las religiones, sobre todo la Católica. Se aprovecha cualquier momento y marco para ridiculizar u ofender, ¿tan pocos argumentos tiene el laicismo? ¿A qué se debe esta obsesión? Da la impresión de que si no se insulta se es menos laico, o quizás será porque si no se ofende y se falta al respeto, se corre el riesgo de ser encasillado como católico, o de otra confesión, y claro, esto puede ser una bajeza o puede crear un trauma, por ello el mejor antídoto es la ofensa, el insulto y la descalificación, y para justificarlo se llama arte y cultura cuando ni es arte ni cultura ni civismo.