El retorno del Pibe
Quizá alguno de los más fieles lectores de este rinconcito recuerde vagamente un artículo publicado en esta misma página que hablaba de lo afortunados que somos en Villena por contar en nuestro humilde Centro Sanitario Integrado con un oculista, un optometrista o como quiera que se diga al que, a falta de mejor nombre, se me ocurrió bautizar como El Pibe.
Este buen señor, no sé si de nacionalidad, pero desde luego sí de acento argentino, me obligó a hablar de él en una columna porque, muy de cerca, me tocó uno de sus famosos diagnósticos, uno de esos que fallan más que una escopeta de feria y que te hacen salir por piernas cuando una segunda opinión médica de pago te obliga a correr camino de Elda para intentar detener un estropicio en los ojos que habría tenido mejor arreglo si el incompetente del Pibe hubiera hecho su trabajo como Dios manda, que al fin y el cabo es para lo que le pagamos con nuestros impuestos.
Han leído bien. He escrito incompetente, o lo que es lo mismo, nulo, ignorante, inepto, negligente, inútil, insuficiente, incapaz, negado, ineficaz y torpe. Equivocarse es normal en cualquier trabajo, aunque convendrán conmigo que en medicina un error no es lo mismo que en otras disciplinas. No obstante, todos metemos la pata de vez en cuando, yo el primero. Pero si lo anecdótico puede pasar por un error, cuando se convierte en habitual resulta que aquí hay algo que falla. Una vez, pase. Dos, tira que va. Tres, peligro. Más errores, y sobre todo si se trata de algo que tiene que ver con la salud de las personas, es para que alguien tome medidas.
En aquel artículo que les comentaba ¡Qué bueno que viniste, Pibe! acababa solicitando al concejal de Sanidad, señor Pedrosa, que tomara las medidas oportunas e investigara lo que estaba sucediendo con El Pibe, porque ya entonces comenzaban a hacerse famosas sus hazañas entre los sufridos pacientes a los que les tocó en suerte. No sé si lo hizo, aunque me consta que el mensaje le llegó, pero en esta ocasión ya no voy a lanzar un ruego, sino una exigencia.
Hace apenas unos días, un ciudadano de Villena, aquejado de ciertas molestias en sus ojos, acudió al Centro Sanitario Integrado, donde tuvo la desgracia de ser atendido por El Pibe, que le diagnosticó un comienzo de cataratas y le dijo que no era preocupante. Precavido y preocupado, nuestro vecino buscó una segunda opinión de pago y le dijeron que la catarata no tenía nada que ver con su problema, puesto que presentaba unas manchas extrañas tras la retina, por lo que le instaron a que se fuera corriendo a Elda y entrara por Urgencias para ser atendido lo antes posible.
Estimado concejal de Sanidad, señor Pedrosa; señoras y señores integrantes de la Corporación Municipal; señor Joaquín Marco, en calidad de Vicepresidente del Consejo de Salud del Área 18; señor Joan Lloret, director del Hospital de Elda y del Departamento 18 de Salud: comprobado que todo sigue igual que hace unos meses y en vista de que este auténtico matasanos está jugando con la salud visual de los ciudadanos y ciudadanas de Villena, desde aquí, como contribuyente, votante y ciudadano de pleno Derecho, les exijo que abran inmediatamente una investigación, un expediente o como coño se tramiten estas cosas y ejerzan su responsabilidad actuando contra este impresentable, porque no hay derecho a que pase lo que está pasando en el Centro Sanitario Integrado de Villena. Si necesitan declaraciones y testigos díganmelo, porque conozco a unos cuantos.