El rosario de la aurora
Abandonad toda esperanza, salmo 511º
Muchas películas tienen en los festivales de cine una oportunidad espléndida, a veces la única, para llamar la atención de los distribuidores y conseguir así ser accesibles al gran público estrenando de forma normalizada; por supuesto, aquellas que triunfan en el palmarés todavía cuentan con más opciones que sus competidoras. Este es el caso de dos de las cintas que quiero recomendarles hoy, y que fueron las grandes vencedoras del pasado Festival de Cine de Sitges. Pero todo tiene su lado malo: exhibirse (con o sin éxito) en el certamen cuyas últimas ediciones viene dirigiendo Ángel Sala puede ser, de cara a la recepción del público, contraproducente... sobre todo si se juega la baza de la indefinición genérica; pues por mucho que se intente pasar por un drama o un western, parece lógico pensar que si se proyecta en el festival de la pequeña localidad costera de Barcelona todo va a acabar como el rosario de la aurora.
La invitación, premiada como mejor película en la pasada edición, no es una excepción a esta regla, aunque sea excepcional en otros muchos aspectos. Su realizadora, Karyn Kusama, llamó la atención de tal manera en el Festival de Sundance con su debut Girlfight que Hollywood no dudó en confiarle la dirección de AEon Flux y Jennifer's Body, dos proyectos también de protagonismo femenino pero que acabaron siendo sendas naderías inofensivas. Con su nuevo (y sin duda mejor) trabajo, Kusama regresa al cine independiente con un relato que en un primer momento parece inscribirse en ese particular subgénero tragicómico que ha venido a llamarse "películas de reuniones de amigos", y que nos ha legado títulos como Reencuentro, Los amigos de Peter, Beautiful Girls o Pequeñas mentiras sin importancia. Pero en este caso, y con una dosificación de la información calculada al milímetro y unas excelentes interpretaciones (entre las que cabe destacar, aunque lógicamente esta sea una cinta bastante coral, la de un soberbio Logan Marshall-Green), las habituales miserias que siempre salen a la luz en este tipo de reuniones van mucho más allá de que dos de los presentes, separados en la actualidad, fuesen una pareja que se rompió al no poder superar la pérdida del hijo que tenían en común. La palabra clave -ojo, spoiler número uno- es "secta", y el relato vira hacia el terror psicológico ofreciéndonos una reflexión nada baladí y que funciona a varios niveles acerca de la necesidad o no de las emociones humanas, así como un estudio del proceso de identificación del espectador con el personaje de ficción; todo ello hasta alcanzar una conclusión descorazonadora que redefine lo que hemos visto hasta el momento, pero -al contrario que la mayoría de filmes con final sorprendente- sin recurrir a la manipulación más tramposa.
La otra gran vencedora del pasado Sitges -obtuvo el premio al mejor director y el José Luis Guarner de la crítica especializada- fue Bone Tomahawk. "¿Una película del oeste en Sitges?", pudieron preguntarse los espectadores más desconfiados... y razón no les faltaba, porque de vez en cuando los festivales temáticos nos cuelan una propuesta que nada tiene que ver con el género al que rinden pleitesía. Pero en este caso, el director S. Craig Zahler nos sugiere un western que, es cierto, en su arranque parece beber de los clásicos del género: cuando se centra en la misión de rescate de la doctora de un pequeño pueblo secuestrada por una tribu india, la cita de Centauros del desierto parece obligada. Pero en su acto final, los buscadores (por llamarlos remitiendo al título original de la película de John Ford) -ojo, spoiler número dos- se topan con el horror más absoluto, y dan pie a una serie de secuencias (pocas, pero contundentes) que pondrán a prueba a cualquier cinéfilo que, al contrario que los parroquianos de Sitges, no esté acostumbrado a la casquería. Al margen del trabajo de Zahler, preciso y pausado, cabe destacarse un reparto también coral y sin fisuras encabezado por Kurt Russell, Patrick Wilson, Matthew Fox y el siempre excelente Richard Jenkins, aquí de viejo ayudante del sheriff que remite a algunos secundarios de los westerns de otro grande del género: Howard Hawks. Bone Tomahawk, por cierto, llegó a muy pocos cines españoles el mes pasado, pero desde esta misma semana está ya a la venta en el mercado doméstico: si son espectadores de estómago curtido, háganse con ella; y si no lo son pero no les importa apartar la mirada durante algunos minutos, casi que también: porque el resto de la película vale muy mucho la pena.
Si se da la circunstancia -ojo, spoiler número tres- de que el canibalismo es un elemento secundario pero relevante en Bone Tomahawk, resulta ser el centro neurálgico de El infierno verde, film que también pasó por el Festival de Cine de Sitges pero en la edición de 2013, aunque no ha sido hasta ahora que ha llegado a la cartelera nacional. En este caso, su paso por el certamen no es el único toque de advertencia sobre su contenido: que el realizador del film sea Eli Roth, firmante también de Cabin Fever y las dos primeras entregas de Hostel, puede darnos una idea bastante certera de por dónde irán los tiros. Aquí, Roth parece haber tomado buena nota de su colega Quentin Tarantino al proponernos su propio ejercicio de revisitación cinéfila postmoderna, en este caso del cine mondo de los años setenta del que Holocausto caníbal sigue siendo su ejemplo paradigmático. Precisamente al director de aquella, Ruggero Deodato, le dedica Roth su película, que a la postre no aporta nada nuevo a dicho género como no sea el mero hecho de recuperarlo de cara a toda una generación de espectadores adolescentes ávidos de cualquier forma nueva (o que ellos crean que es nueva) de cine de terror que se le proponga... aunque dudo que la mayoría tenga lo que hay que tener para aguantarlo. Porque, en el fondo, de eso hablamos hoy: de nuevas variaciones del cine de terror que, paradójicamente, entiendo que no van a encontrar a ese gran público abstracto del circuito comercial al que acceden gracias a su paso por los festivales especializados.
La invitación y El infierno verde se proyectan en cines de toda España; Bone Tomahawk está editada en DVD y BD por La Aventura Audiovisual.