Sociedad

El salesiano José Moratalla, que fue profesor en Villena, premiado en El Salvador

La publicación “Boletín Salesiano” se hacía eco en su número de octubre del galardón que el pasado 30 de mayo recibió en El Salvador el salesiano José Moratalla Escudero por parte de la Federación de Empresarios FUSADES. Este religioso trabajó como maestro en el Colegio Salesiano de Villena allá por los años 70, como recordarán los alumnos que estuvieron a su cargo en aquella época.
José Moratalla nació en Sisante (Cuenca) en 1948, profesó como Salesiano en el año 1965 en Godelleta (Valencia) y fue ordenado sacerdote en Barcelona en el año 1975. Tras algunos años de trabajo salesiano y ministerio sacerdotal en la inspectoría de Valencia –en los que estuvo como profesor en Villena– marchó a Centroamérica y en septiembre de 1979 comenzó su labor en Masaya (Nicaragua). Regresó a España en 1982, expulsado por el gobierno sandinista. Al año siguiente volvió a la inspectoría centroamericana para trabajar primero en Panamá y, desde 1985 en San Salvador, capital de El Salvador.

El pasado 30 de mayo recibió el galardón como Socio Honorario por parte de la Federación de Empresarios FUSADES del país. Esta distinción honorífica es un reconocimiento a su labor de muchos años en la promoción integral de jóvenes en graves condiciones sociales. Se trata del máximo galardón que ofrece FUSADES desde el año 1987 a personas que aportan proyectos de desarrollo a la sociedad salvadoreña. El sacerdote salesiano José Moratalla lleva 26 años trabajando en un barrio marginal de la capital salvadoreña. Impresionado por las condiciones inhumanas en que vivían los desplazados por la guerra civil, decidió ayudarlos para mejorar sus condiciones de vida.

Con un entusiasmo contagioso y una fe irreductible, estimuló a los jóvenes atrapados en la miseria a crear juntos pequeñas empresas. La idea convenció, muchos jóvenes aceptaron el reto y, con la tenacidad típica de los salvadoreños, comenzaron a crecer como pequeños empresarios independientes.

Progresivamente fueron apareciendo empresas autónomas en un área desolada que servía de basurero municipal. Los efectos comenzaron a notarse. Las casas improvisadas dieron lugar a construcciones más sólidas. El basurero se transformó en una zona verde en la que se encuentran las pequeñas empresas, la clínica comunal, el centro de estudios para niños y jóvenes, un hermoso estadio y un bosque pintoresco.

El presidente de FUSADES, Francisco de Sola, en su discurso dijo: “Al honrar al padre Moratalla, honramos también a los salesianos por su ineludible labor por la juventud”. Por su parte, Pepe Moratalla manifestó: “Frente a la realidad de violencia que vive el país vale la pena ofrecer propuestas adecuadas a un problema de tal envergadura y dramatismo”.

El salesiano José Moratalla es actualmente una figura nacional que con su entusiasmo, alegría y tenacidad ha logrado comprometer al gobierno y a empresarios locales y de otros países a apoyar el Polígono Don Bosco, nombre de esta obra admirable.

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