Apaga y vámonos

El secuestro de Pachi

Lo dejaba caer la semana pasada, cuando de pasada afirmaba, hablando de la suspensión de militancia de Juan Richart en Villena Centro Democrático, que Los Verdes están desbordados por las circunstancias, dividiéndose, al igual que el PSOE, “entre los partidarios de tirar para adelante como se pueda y quienes prefieren romper la baraja para acabar con este suplicio”, que no es otro que mantener una gobernabilidad cogida con alfileres y apuntalada por dos concejales y un partido –Pedrosa, Richart y VCD– totalmente ajenos y extraños a la ideología, la trayectoria, la ética y las formas de dos agrupaciones con la solera de Verdes y PSOE.
Y es que, conforme avanza la legislatura, va resultando cada vez más complicado comprender qué extraña servidumbre mantiene nuestro alcalde hacia dos concejales que, aferrados a la política profesional y económicamente retribuida como clavo ardiendo –al contrario que los ediles Verdes, que gozan de un buen estatus laboral–, no hacen más que alborotarle lo que debería ser un equipo y no lo es, alejarlo de aquellos con los que, otra vez por ideología y puntos en común, debería conformar el núcleo duro del gobierno, y causarle crecientes e incómodos problemas, porque quiera o no, Esquembre y su gobierno se verán salpicados por la guerra interna en VCD, como ya están afectados por la chapucera gestión de la compra del dichoso equipo de sonido para la plaza de toros, una responsabilidad de Juan Richart en la que ha acabado retratándose el propio alcalde, al que da hasta un poco de pena oírle intentando hilvanar excusas para justificar que se dé un contrato a una empresa de fuera –empresa que, de la mano del mismo Richart, ya estuvo envuelta en polémica por la construcción de unos nichos en el cementerio– en lugar de cumplir la normativa que él mismo aprobó y permitirle hacer negocio a una empresa de Villena.

A mí, que Esquembre y Los Verdes se bajen los pantalones ante VCD y se traguen a dos carrillos el sapo de autorizar corridas de toros es algo que me trae al pairo, pues la tauromaquia no es algo que me preocupe en absoluto, pero sí me resulta indicativo de hasta qué punto están Los Verdes dispuestos a renunciar a sus más arraigadas señas de identidad con tal de mantener una gobernabilidad puesta en tela de juicio hasta por los propios concejales del PSOE, que, bastante más pragmáticos y menos ilusos que la muchachada ecologista, hace tiempo que van diciendo a todo aquel que quiera escucharlos que lo mejor es prescindir cuanto antes de las dos joyas de VCD, gobernar en minoría como hiciera el PP y, si Richart y Pedrosa quieren volver a rascar poltrona y sueldo, que negocien con Lledó, Valiente y compañía, lo que a buen seguro iba a regalarnos otro maravilloso espectáculo en el que muchos iban a quedar, al igual que el ahora alcalde, retratados para la posteridad.

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