El señor agradecido
Puede que ande todavía algo conmocionado tras el concierto del pasado sábado programado por La Cantina y La Kakv. Un tributo, en el mejor sentido de la palabra, a la banda californiana Janes Addictions. Un tributo dedicado no solo a honrar a la banda, sino a disfrutar haciendo sonar cada uno de sus temas. Y para eso, la impecable formación compuesta por Rafa Ferrándiz (batería y voz), David Tomás (bajo) y José Ángel Hernández (guitarra), contó con músicos sobradamente conocidos en nuestra ciudad, para que aportaran su voz a distintos temas. Participaciones que hicieron más grandes cada uno de los minutos de un concierto afortunadamente extenso donde se hizo un buen repaso de la discografía de la banda.
Resulta un acierto cada vez que se dan estas colaboraciones musicales, no solo por el resultado final, sino porque parecen alumbrar en cada caso algo mágico y distinto sobre el escenario. Cada artista con su propio estilo, todos con sobradas tablas, se entrega a su apuesta alejándose de la fiel imitación, para regalarnos un producto nuevo y conocido, creando en definitiva Arte. No podré mostrar todo mi agradecimiento a todos estos artistas por este regalo ni me cansaré de aplaudir el esfuerzo y el talento de esta agrupación que una vez finalizada su actuación, ya detrás de las bambalinas, comenzaban a tantear su próximo proyecto: Pixies, Sonic Youth
Pero no fue solo este maravilloso concierto lo que llenó aquel sábado. Horas antes, en nuestra Casa de Cultura se realizaba el acto de entrega de premios del primer Concurso de Poesía Amalio Gran. Un acto encabezado por un poema del autor villenero que Yoni Ramírez se encargó de musicar, que siguió con la lectura de los poemas finalistas y concluyó con la presentación de los poemas premiados en las dos modalidades convocadas. Fue un acto tranquilo donde se pudo disfrutar de un viaje poético por diferentes estilos que abordaban una misma temática.
Hay que reconocer el trabajo realizado por la organización. El resultado en primer lugar es que Villena cuenta con un concurso poético que ya en su primera edición ha atraído la mirada de poetas de toda España. Por el momento la participación ha cubierto las expectativas y ya se ha anunciado una segunda edición, lo que es bueno tanto para nuestra ciudad como para la Literatura, para la Poesía en particular. Hay que aplaudir, queridas personas, un proyecto de estas características, porque no es solo la primera edición la que cuesta, sino cada una de ellas. Por eso, quisiera agradecer a Ana Valdés y a José Silva, no solo que hayan estado a la cabeza de esta iniciativa, sino también su trabajo y empeño en el resto de iniciativas literarias con las que van regando el día a día de nuestra ciudad el programa La música que esconden los libros (cada domingo de final de mes en MQR), la exposición de autores y autoras en los escaparates de los comercios
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