Cartas al Director

El tumbaíto

Experimentarán en primera persona la experiencia de “las puertas giratorias”, prebenda que tanto han criticado en otros casos…

Recuerdo que la anécdota se produjo en Las Vegas (Nevada), con motivo de nuestra participación en una de sus Ferias. Suele ser una distracción, ya concluido el día ferial, visitar sus espectaculares hoteles.

Acompañaba a un grupo de empresarios de Villena, quiero recordar en el hotel “Treasury Island”, cuando encontramos a un señor mayor, uniformado, que hacía funciones de portero-vigilante. A pesar de estar sentado, se intuía de gran estatura. Acercándose nuestro grupo, se levantó, y con un simpático acento cubano nos preguntó si éramos españoles.

Tras nuestra respuesta afirmativa, comenzó a loar a “la madre patria” y nos comentó que había sido miembro de una pequeña orquesta, a la que viajando en barco por el Caribe sorprendió un tifón que les destrozó todo el equipo musical. El hombre siguió relatándonos y… He aquí la anécdota.

“Al quedarme pasmao, yo tenía un amigo aquí en Las Vegas y le dije. ¡Mira a ver si me puedes echar un cabo y tienes para mí un tumbaíto! Y aquí me encuentro señores”.

En Estados Unidos, con un sistema de cobertura social inferior al europeo, es muy común encontrarse a personas mayores desempeñando trabajos eventuales que les permitan complementar los ingresos que puedan tener por jubilación. Mucha gracia me hizo aquella expresión, que he comentado con amigos en repetidas ocasiones.

La semana pasada ha sido noticia en España “el tumbaíto” que, “echando un cabo” el señor Sánchez, ha concedido a un amigo de instituto y baloncesto; y que retorciendo el BOE, ha dotado con unos ingresos anuales superiores a los 90.000 euros. “El dinero público no es de nadie” que diría Dña. Carmen Calvo “de Franco”. Defienden a boca llena lo público, pero cuando se sienten malitas o malitos, acuden raudos y veloces a las mejores clínicas privadas, sin importarles “Ruberizarse”, como en el caso de la vicepresidenta.

“Tumbaíto” que ha seguido a otros tres concedidos recientemente a Pepiño Blanco, José Montilla y Gallego, este último asesor de Podemos, para formar parte de Consejo de Administración de Enagás. A los tres les han “echado un cabo”, desde una empresa privada participada con dinero público, para que experimenten en primera persona la experiencia de “las puertas giratorias”, prebenda que tanto han criticado en otros casos.

Se calcula que los ingresos anuales de estos tres nuevos consejeros rondarán los 160.000 euros. Ya se sabe, llevar a las hijas y a los hijos, por pares, al Colegio Alemán de Barcelona (Deutsche Schule Barcelona)-Montilla o al Colegio Británico de Madrid (British Council School)-Pepiño, cuesta toda una pasta.

Retribución que no está nada mal, sobre todo si se tiene en cuenta que uno de los principales motivos que alega Alcoa para cerrar su planta en Lugo es el alto coste de producción que para una empresa supone en España la energía eléctrica.

Como diría mi abuelo Mateo, “es muy bonico hacer gracias con el dinero de los demás”.

Por: Joaquín Marco Amorós




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