El túnel del tiempo
Hace más de treinta años, hacían en la primera cadena de televisión española, una serie que se titulaba, el túnel del tiempo. Era una especie de puerta, que si se traspasaba, se viajaba al pasado o al futuro. En este artículo, estimados lectores, me voy a introducir en este imaginario túnel del tiempo, retrocediendo al pasado, en tan solo once años. Vamos a situarnos en el año dos mil, al inicio del siglo XXI. La sociedad mundial y sobre todo la española, todavía no había experimentado en su seno la crisis económica, que ya empezaba a gestarse y que iba a ser en un futuro próximo, la pesadilla de toda la ciudadanía mundial.
Era la época de la bonanza económica, nuestro país era la octava potencia económica mundial. Había un millón y medio de parados, más o menos, una cifra bastante asumible en un país como el nuestro. El dinero fluía a todos los niveles, el progreso y crecimiento era una sensación lógica. Todo el mundo ganaba y por lo tanto nadie se preocupaba de lo que en realidad estaba pasando: que se estaban despilfarrando los dineros, sobre todo a nivel de las Administraciones Públicas. Aunque este hecho en ese momento importaba bien poco a la ciudadanía, ya que había trabajo y el estado de bienestar y consumismo adicto, estaba llegando a sus cotas más elevadas y aunque se sabía que se robaba, el pueblo vivía bien y esa es la mejor venda para tapar los ojos.
Y esta era la sociedad de tan solo unos años, sociedad de bienestar, de alegría generaliza y de trabajo, tanto es así que muchas personas venían de otros países del mundo para rehacer sus vidas en nuestro país.
Se oían profecías y malos augurios que indicaban que en el año 2012, se acabaría el mundo y nadie hacia caso. Por fin llegó el fatídico año 2012 y si que había parte de verdad en esas predicciones.
Lo que es cierto es que se ha producido el fin del mundo. Pero no con la exterminación física de la raza humana, si no, en el cambio traumático de la sociedad conforme la conocíamos. El estado de bienestar se ha ido al traste, la moral y ética de las personas están sufriendo día a día, unos cambios teóricos radicales.
Tanto es así, que lo que antes era blanco, en la actualidad es negro. La miseria no solo económica, sino psicológica y de conciencia se ha adueñado de nuestras vidas. Estamos involucrados todos los ciudadanos, queramos o no, con independencia de ideologías o formas de ver la vida, en un ambiente denso y caótico de supervivencia y de miedo a perder todavía más.
A la clase política se le ha pasado el arroz y mucha parte de culpa la tienen ellos, por no haber sabido coger el toro por los cuernos, en tiempo y forma. Entramos otra vez en recesión. Este año 2012 si que es el fin del mundo para la ciudadanía española. Es el exterminio radical de todos los derechos de los trabajadores por los cuales han luchado durante más de cincuenta años. Es un volver a comenzar desde cero, tanto a nivel económico como moral.
La sociedad esta triste y hastiada. La violencia en muchas ocasiones se adueña de las calles por hechos y acciones que no tenían que haber ocurrido nunca. La verdad es que la tienen clara los nuevos gobernantes para sacarle punta al lápiz.
Pero lo que tengo claro, es que los ciudadanos de a pie, somos las victimas más débiles y las que más vamos a sufrir en esta maldita crisis económica que nos ha tocado vivir, como siempre los mismos.