Ellis Island
Abandonad toda esperanza, salmo 195º
Cuando se hace referencia a esta isla de New York, que a finales del siglo XIX se convirtió en la aduana donde se realizaron exámenes médicos a millones de inmigrantes llegados de la vieja Europa, no puedo evitar acordarme de Warren Ellis y de su estatus de islote (más o menos) independiente dentro del panorama del cómic comercial norteamericano. Además, él mismo es un inmigrante que dejó atrás el Reino Unido para, como hicieron antes compatriotas suyos como Alan Moore, Jamie Delano, Grant Morrison o Neil Gaiman, revolucionar los tebeos de género que se hacían en América con el fin de hacerlos más adultos sin renunciar por ello a ciertas convenciones.
No es la primera vez que les hablo de Ellis: ya les recomendé en su día títulos como Transmetropolitan, The Authority o Planetary. Pero después de estas obras y de haber trabajado para las mastodónticas Marvel (esa compañía que acaba de comprar Disney por un buen puñado de millones de dólares) y DC (la otra, la que no ha comprado Warner porque ya era suya desde lustros ha), el guionista ha terminado fichando por Avatar Press, una editorial independiente con vocación comercial que le ha otorgado carta blanca para desarrollar una larga serie de títulos que poco a poco van llegando a nuestras librerías. Y si Black Summer y Black Gas se limitan a volver a lugares antaño inhóspitos pero hoy ya comunes como la problemática del superhéroe en un mundo real o el ejercicio de crítica social a partir de un relato de zombis, mucho más prometedora (de momento no conocemos su conclusión) parece Doktor Sleepless: "Es el nuevo Transmetropolitan", ha llegado a señalar su creador, evocando ese ejercicio de periodismo gonzo que protagoniza Spider Jerusalem, un Hunter S. Thompson del futuro tan carismático como visionario, y que se ha convertido en su obra más representativa.
A estos títulos hasta ahora inéditos se suma la feliz recuperación en formato de lujo de una de mis favoritas entre sus creaciones: Global Frequency. En este relato, una antología de doce historias cortas -cada una de ellas realizada por un dibujante diferente: me quedo con Jon J. Muth y Gene Ha, pero no se pierdan a artistas como Garry Leach, Glenn Fabry, Lee Bermejo o el gran David Lloyd-, el autor de Camino tortuoso (su primera novela, también merecedora de hincarle el diente) dibuja un universo amenazado por el terrorismo internacional y protegido por una organización privada de mil y un agentes conectados entre sí. Un thriller en viñetas tan estiloso como las películas de Michael Mann donde conviven bombas humanas, virus letales, organismos mejorados cibernéticamente, sectas de iluminados y hasta la posible aparición de un ángel. Si todo este mejunje fuera poco aliciente, el volumen se abre con el provocativo "Manifiesto del Viejo Bastardo" en el que Ellis aboga vehementemente por las historias autoconclusivas frente a la dilatación innecesaria e inane de tramas sin sentido, mal endémico de muchos de los tebeos yanquis cuyos responsables solo parecen pensar ahora en los dividendos que darán sus adaptaciones al cine.
No se pierdan estas historias; solo leyéndolas descubrirán si están ustedes en la Frecuencia Global. La frecuencia de Warren Ellis.
Black Summer, Black Gas y Doktor Sleepless están editados por Glénat; Global Frequency está editado por Norma.