Emigrante (Carta al director)
El próximo mes de diciembre se cumplirán 50 años desde que tomé la decisión de márchame a trabajar al extranjero, y ahora que este fenómeno de emigración vuelve a estar al día quiero dar mi punto de vista sobre mi vivencia fuera de España por si a alguien interesado en marcharse a trabajar fuera de nuestra nación le aclara las ideas de lo que puede ser su estancia allí.
En mi caso particular tengo que decir que, en el año 1962, cuando decidí el marcharme a trabajar fuera de España yo tenía el trabajo asegurado en el ramo del calzado, pero en plena juventud la cabeza me pedía algo nuevo y ganas de aventurarme en la vida.
Acompañado por otra persona que dominaba el idioma francés, sin contrato previo de trabajo y con el dinero muy justo (prestado) en el bolsillo salimos hacia Suiza, concretamente a Ginebra donde teníamos unos contactos de conocidos. Estas personas nos atendieron con agrado, pero sin trabajo no se podía estar, pues el dinero que teníamos no daba para mucho y había que abreviar. Nos leíamos todos los días la prensa en busca de ofertas de trabajo que pudiéramos realizar.
Y no pasaron muchos días hasta que encontramos algo para probar, se trataba de trabajar en una vaquería, trabajo éste que desconocíamos por completo, esto fue en un pueblo cerca de Lausana llamado Yverdón, donde se habla el idioma francés; el sueldo convenido no era de los altos, pero nos entraba la comida y el alojamiento, por lo que se pudo ahorrar dinero para mandarlo a nuestra familia en España.
El invierno de los años 62 - 63 fue muy duro, pues la nieve no paró de caer y las temperaturas llegaron a alcanzar los 18 y 20 grados bajo 0, yo nunca había visto tanto espesor de nieve ni tanto hielo. Pasadas unas semanas y a requerimiento del jefe me pidieron si podía contactar con alguien conocido para ir a trabajar al mismo sitio. Hacía falta mano de obra y en un espacio de tiempo breve ya había otro compañero de Villena en el mismo sitio.
Posteriormente, con el paso de los años, fueron unas 10 personas más de nuestra ciudad las que estuvieron en esta zona de Suiza, algunos de los cuales se casaron y tienen hijos nacidos allí. Yo pasados 2 años regresé a Villena por problemas de salud de mi madre y posteriormente por las obligaciones del Servicio Militar.
La conclusión de toda esta experiencia vivida es dar unos consejos a las personas que decidan emigrar a otros países, el principal es tener un conocimiento básico del idioma del país donde se piensa viajar, también contar con estudios y práctica del trabajo que se piensa desarrollar, si se cuenta con amistades en el destino esto será una buena ayuda, al igual que un contrato previo antes de salir de casa.
Una vez transcurridos 50 años (en diciembre) de mi marcha al extranjero como emigrante, tengo que decir que este episodio de mi vida lo guardo como un grato recuerdo lleno de anécdotas y vivencias que les cuento con agrado a mis hijos y nietos.
Fdo. José Hernández Hernández