En abril, aguas mil. ¿Cambio climático?
Este viernes pasado alrededor de 35 litros por metro cuadrado cayeron sobre Villena en apenas 35 minutos. La tromba de agua estuvo acompañada de un fuerte aparato eléctrico, así como de granizo, que al diluirse con el agua no produjo males mayores.
Durante poco más de la media hora que duró la tormenta se produjeron inundaciones no solamente en cocheras y sótanos, sino que las partes más bajas de la ciudad también se inundaron, produciendo un monumental atasco tanto en el Paseo de Chapí como en la Plaza de La Virgen, donde los numerosos coches allí retenidos se llenaron de agua con los conductores en el interior, los cuales contemplaban impotentes cómo el agua les llegaba hasta los pedales de freno, acelerador y embrague.
Este mes de abril está siendo generoso en lo que al capítulo de lluvias se refiere, siendo el máximo exponente de estas lluvias el chaparrón mezclado con granizo al que nos referimos. En el centro del núcleo urbano, el ímpetu del agua arrastró los contenedores preparados para la recogida de vidrio, como podemos observar en la foto que acompaña a este artículo. Y una vez más, contemplamos cómo nuestra ciudad no está preparada para el desagüe de estas lluvias, caídas en un breve espacio de tiempo, y mucho menos cuando en estos momentos vemos que no existe canalización para la recogida de aguas pluviales, a las que, caso de ser recogidas, se les podrían dar diversas utilidades dada la escasez del líquido elemento durante el estío.
La renombrada barrera que producen las vías del ferrocarril es la causa de las inundaciones que se producen, como hemos nombrado, tanto en la calle La Virgen como en el Paseo Chapí. En este último lugar, en el momento de su construcción, no se tuvo en cuenta esta situación, pero lo sucedido en la Plaza de La Virgen clama al cielo, porque no es la primera vez que se produce esta situación, a pesar que, desde su remodelación, han sido varias las actuaciones que ha tenido que hacer la Brigada de Obras para ensanchar los imbornales que recogen el agua de lluvia procedente las partes altas de la ciudad. También hay que tener en cuenta que en esta plaza confluyen las aguas recogidas en el recinto ferial por lo que esta zona se convierte en el punto crucial de recogida de estas aguas pluviales, que se pierden sin que nadie haya tenido en cuenta su aprovechamiento.