En busca de la verdad (Haciendo un poco de historia)
Hace unos años, cuando el PP estaba en la oposición, se acordó entre un pequeño grupo nombrar presidenta a Celia Lledó con el visto bueno de José Joaquín Ripoll, con el interés de volver a empezar una etapa distinta a la anterior, al perder las elecciones Vicente Rodes, y empezar a trabajar en la Ejecutiva del partido que ya estaba en el olvido. Todo iba de maravillas, se nombraron secretarios ejecutivos y secretarios de área y también un Secretario General local del Partido, cuyo cargo fue para José Joaquín Oliva, y todo con la motivación de trabajar en el programa para presentarse en las nuevas elecciones.
En esos tiempos se trabajaba como carne y uña, con verdadero compañerismo y nos presentamos a elecciones con Celia como cabeza de lista. Ganamos y se produjo la maldición. La maldición que otorga el exceso de poder mal entendido. Celia, joven, con treinta y pocos años, comienza a dar síntomas de algo nuevo para ella, el gran poder de ser alcaldesa y presidenta del partido en Villena.
Desde ese momento comienza el calvario, me explico, nombra a sus concejales secretarios de área" del partido, retirándoselo a los que lo ostentaban, también les nombra "compromisarios" para asistir a los distintos eventos, como el de Orihuela y anteriormente el de Valencia, impidiendo de esta forma que se puedan presentar a este cargo a ningún miembro del partido (Todo esto se pudo arreglar para asistir a Orihuela). No se convoca a la Ejecutiva cerca de año y medio porque según ella no había cosas importantes a debatir.
¿Qué quiso con todo esto? ¿El reunir toda la fuerza del partido y la alcaldía alrededor suyo? Toda una prepotencia dictatorial, una tiranía, un despotismo, un abuso de poder y un egocentrismo inconmensurable que ni las grandes potencias de la antigüedad habían concebido (Esparta o Atenas o Roma) cuya fuerza de gobierno recaía en diferentes órganos representativos del pueblo, pero nunca en una sola persona.
La Ejecutiva, por supuesto, no podía funcionar ni asesorar a los concejales y cayó en el tedio y el ostracismo. Tanto es así, que para convocar reunión se tenían que conseguir los tres quintos de firmas de los componentes de la Ejecutiva según estatutos. El orden del día información de la alcaldesa y ruegos y preguntas, ¿quién podía prepararse para esa reunión cuando los estatutos establecen en el artículo 35.2?
El secretario General del Partido, señor Oliva, no tiene ni se le concede la llave de la sede del partido, ni tampoco el libro de actas, con lo cual no podía hacer su trabajo. Todo está aglutinado a su entorno y, SI NO ESTÁS CONMIGO, ESTAS CONTRA MÍ, es su frase favorita. 0 esta otra "lo importante es tirar a Virtu y Pedrosa, de los demás me encargo yo".
Desde el principio se vio que el núcleo duro estaba integrado por 3 concejales C.LI., J.M. y J.J.V., acompañados por 2 o 3 acólitos, V.R. e I.G., y una persona femenina que viene de fuera para asesorarla y que cobra una elevada cantidad de euros. Los demás, serán meras comparsas, hasta que el tiro le salió por la culata.
Siempre, estando en la oposición, se estaba en contra del proyecto "Prima-Domus" y, un día, sin consultar con la Ejecutiva ni con sus concejales, toma la determinación de que este proyecto sí que es viable para Villena (abuso de poder, ella sola). Y lo mismo pasa con el edificio "Muebles Juanito", con esa altura extra que tapa en parte al castillo y se censuró a la oposición, pensando derribarla sí ganábamos. Ahí sigue en pie.
Se puede permitir que una partida de incondicionales, haga lo que haga la alcaldesa, pueda reunirse en un edificio público (como si una plaza de toros se tratase) y vitorearan a Celia. Las viejas glorias, sus concejales, los cargos de confianza y sus padres, etc. Por cierto, los cargos de confianza deberían estar en sus trabajos, que es como mejor cumplen a esa confianza pagada con dinero público. Y que vamos a decir cuando Antonio Lledó, tío de la alcaldesa, se atreve a gritar a pulmón abierto QUE LES CORTEN EL PELO Y A LA CALLE PARA QUE LOS VEAN, como si se tratara de un comisario político de la 2ª Guerra Mundial. Y de los que defienden los intereses de algunas empresas como Grafimpa, Dosher, etc. Estos y algunos otros son los incondicionales, que sólo saben decir sí a todo lo que la primera edil les diga.
El antiguo régimen murió en 1975, y ahora, pese a quien pese, tenemos una democracia de libertades en la que el pensamiento de unos y otros debe ser oído y votado en consecuencia, ganando siempre la mayoría y no machacando la minoría.
Por este motivo, muchos afiliados al PP creemos que la presidencia de nuestro partido a nivel local debe estar dirigida y representada por alguien ajeno al equipo de gobierno de la ciudad y, que no deben mezclarse para que cada uno (Ayuntamiento y Partido) puedan seguir su camino, escuchando las directrices que marque la Ejecutiva del Partido. Cosa que Celia Lledó no consiente ni está por la labor, aún llegando y estando de acuerdo con el ofrecimiento de un candidato o una candidata de consenso a la presidencia del partido, ofrecido por los 6 concejales y que, después de sopesarlo, se echa atrás. ¿A qué tiene miedo? ¿A perder el control del partido? ¿Por qué? ¿Es que no tiene bastante con ser la primera ciudadana en el Ayuntamiento? ¿Por qué quiere dominar el partido si ya ha demostrado que con ella no marcha?
Creemos que cuando 8 concejales no pensaban igual que la alcaldesa, y entre ellos 3 íntimos de siempre, es que algo no cuadra. Antes, los 8 eran unos impresentables, ahora son 6, pero habría que preguntar a los otros dos y que contestasen con sinceridad el por qué. Para emitir un juicio, señores afiliados del Partido Popular, hay que escuchar a las dos partes y luego opinar y emitir un juicio. Todo lo demás es puro caciquismo y eso ya pasó a la historia. Se puede esperar que la lectura de estas líneas haga recapacitar a los que están entre Pinto y Valdemoro y que pensamos que la ciudad de Villena en su totalidad y el PP en particular es lo primero para todos nosotros.
Fdo. Antonio López González