En contestación al artículo «Adiós, Radio Villena, adiós»
Amigo Isidro, he leído el artículo que firmabas titulado Adiós Radio Villena, adiós. Lo he leído y lo he tenido que volver a leer, hasta reaccionar, hasta pellizcarme y darme cuenta que era real. Como ex-trabajador de Radio Villena, como profesional de los medios, como ex-director del medio radio, como villenero de nacimiento, me siento aludido, y me pregunto: ¿De qué te sorprendes, a qué viene a estas alturas toda esta reflexión? Y esto te lo digo desde el respeto, desde el afecto e incluso desde el agradecimiento que todavía te guardo.
Lo que ha pasado es que un día has sentido en tu propia carne esa misma medicina que durante años y años tú mismo recetaste a tantos y tantos, pero cuando te ha tocado a ti, no has sabido digerirla. ¿Acaso pusiste el grito en el cielo, a lo largo de todo este tiempo, cuando afrontaste o viste no renovaciones, despidos, Eres y temas semejantes? No, porque como no te tocaba a ti, ni a los tuyos de cerca, pues todo eso era comprensible.
Durante tu etapa profesional has prescindido de gente por no caerte simpática, por no haberte bailado el agua, por tener demasiado carácter, por destacar en demasía, o porque no te hicieran sombra. Has segado tanta hierba como ha sido necesario, no dejando crecer nada a tu alrededor, y durante muchos años disfrutando casi incluso del monopolio, al no haber habido competencia. ¡Ah amigo!, pero ahora nos damos cuenta de que no es lo mismo el huir como el correr, de que no es lo mismo el llamar a la puerta, que el salir a abrir.
Has vivido pensando que eras dueño de la empresa, parte de ella misma, y que quizá heredarías el piso del Paseo de Chapí, pero la vida y las empresas no funcionan así. Yo mismo llegué a sentirme en Alicante como una especie de reyezuelo, años y años en mi poltrona, viendo pasar alcaldes, Sub-delegados del Gobierno, presidentes de asociaciones, concejales. Pero el día que se acabó, no fue traumático, porque tenía asumido que yo no era yo, por sí mismo, ni mi persona, sino lo que representaba. Una cosa es la persona y otra bien diferente es el cargo.
Entiendo que te has marchado bien indemnizado, bien compensado, con la jubilación clara, y con una edad en la que todos los cohetes que podías lanzar al aire ya los tienes lanzados. ¿Entonces a qué viene tanto ardor? ¿A qué viene ese rencor, esa rabia, todo ese resentimiento que destilas?
Por cierto, en relación con la propiedad de la emisora, y a vueltas con el verbo transferir y todos sus matices. Cuando Celia Lledo era alcaldesa y gobernaba el Partido Popular, y se empeñó en recuperar la emisora para el pueblo, parece que tu opinión entonces no era la misma. Y es que no es lo mismo ir encima de la "burrica" que encontrarse debajo, entonces las cosas se ven de otra forma. En aquel momento contigo dentro, me imagino que sería descabellado, no sería justo, no habría derecho, sería canallesco, fascista, propio de la "derechona dictadora". Sin embargo ahora es lo más normal del mundo, el ayuntamiento tiene que recuperar la emisora como sea. Y es que nada es verdad ni es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira.
En fin, Isidro, discúlpame por el atrevimiento y la osadía, y sobre todo no te molestes, a estas alturas todo es relativo, pero lo cierto es que como hiciste un artículo público, pues públicamente me sentí aludido, y con ganas de expresar mi opinión.