¿En manos de quién estamos? (Comunicado del Partido Popular)

¿Dejaría Ud. en manos de un acusado por corrupción un contrato de más de 15 millones de euros? Ésta es la pregunta que debería hacerse el alcalde de Villena y que evidentemente, no se ha hecho, al dejar en manos del concejal Juan Richart la elaboración y presentación de los pliegos para la adjudicación de la contrata de limpieza y recogida de basuras de Villena de los próximos diez años.
Con un presupuesto de licitación de 1.525.000 euros anual, y no de 1.525 euros a que se refiere por error el gabinete de prensa municipal, el tripartito aprobó el pasado Pleno la aprobación de estos pliegos, que regulan las condiciones por las que han de presentar sus ofertas y serán valoradas posteriormente, las empresas que deseen optar por esta golosa adjudicación.

A pesar de que Juan Richart, concejal de VCD, tiene el juicio señalado para el mes de octubre de 2013, por el que se enfrenta a penas de más de ocho años de inhabilitación para cargo público, parece que para sus socios de gobierno no es obstáculo para que sea el encargado de los expedientes de infracción urbanística, las obras municipales y las contratas y servicios por más de 15 millones de euros.

Si bien, personas con mayor responsabilidad política se han visto en la obligación de dimitir en mejores circunstancias –no olvidemos que Francisco Camps tuvo que dimitir por el hecho de ser imputado–, Juan Richart, que ya es formalmente acusado con juicio señalado, no solo no dimite, sino que tiene la posibilidad de seguir haciendo lo mismo, puesto que tiene las delegaciones del Alcalde de los Verdes para obras, servicios y patrimonio municipal.

Efectivamente, es una situación muy grave consentida no solo por el Alcalde, Francisco Javier Esquembre, sino por todos los socios de gobierno, que aprobaron en el pasado Pleno unos pliegos en los que defendían como novedad la inclusión de un sobre C, llamado de condiciones subjetivas, que le darán prioridad a la valoración de las condiciones técnicas de la oferta, representando las condiciones subjetivas más de 43 puntos de los 143 puntos máximos que puede obtener una oferta.

Una de las principales novedades de estos pliegos es la reducción de días de recogida de basuras, pasando de los siete días semanales en la actualidad, a solo seis días de recogida, es decir, la empresa adjudicataria se ahorraría un día a la semana, si bien el tripartito ha decidido seguir pagando lo mismo, de ahí que el precio de licitación coincida con lo que se paga actualmente teniendo todos los días recogida de basuras.

También se reducen los servicios de recogida de envases y la atención en las pedanías como Las Virtudes y La Encina.

Otro punto de estos pliegos que llama la atención es la falta de criterio y sensibilidad del equipo de gobierno en la utilización de agua potable para el baldeo de calles. En los pliegos que Los Verdes-PSOE-VCD han aprobado, la empresa adjudicataria podrá elegir para el baldeo de calles y jardines o bien el agua del suministro urbano, que el ayuntamiento facilitará a la empresa de forma gratuita, o el agua de la depuradora, que tendría la empresa que asumir el coste de su transporte a Villena además de los análisis necesarios para certificar que cumple con la normativa.

Puesto que la elección del tipo de agua es opcional para la empresa, está claro que le sale más cómodo y barato utilizar agua potable, de manera que, a pesar de la sobreexplotación de nuestros acuíferos, el tripartito ha permitido que los próximos diez años se baldeen las calles y jardines de nuestra ciudad con agua de nuestros acuíferos, mientras que a agricultores y a empresas se les limita su uso en aras del interés general.

Por todo ello, se trata de un sinsentido que no solo deja en manos de un concejal acusado de prevaricación más de quince millones de euros, sino que no responde a los intereses de nuestra ciudad ni se puede defender desde el punto de vista medioambiental.

Si este es el precio que tiene que pagar el Alcalde por seguir dirigiendo un gobierno de minorías en Villena, que lo pague de su bolsillo, pero no a costa del interés general.