En mi nombre no
El otro día pude leer que el Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento aseguraba que empresarios, vecinos y asociaciones socio-sanitarias apoyaban el proyecto del túnel bajo las vías a la altura de la calle San Isidro. Por lo que he podido comprobar esa generalización es, por calificarlo de alguna forma, poco más que irreal. Han sido muy pocos los empresarios que han mostrado su apoyo a ese proyecto. Igual de ínfimo ha sido el número de vecinos que se han declarado a favor del mismo, y aún menos las asociaciones sociosanitarias que han comunicado su apoyo.
Lo que Villena necesita ahora es un túnel en el Recinto Ferial. Estoy seguro de ello. Bueno, no. Quién lo necesita es el Partido Popular. Porque si no, no me explico tanta precipitación, tantos errores y tanto empecinamiento con un proyecto que se ha demostrado a todas luces inviable.
Creo que todos coincidimos en que una solución a las vías es necesaria. Algunos se conformarán con medidas provisionales, puntuales, y otros continuarán esperando la solución definitiva, ya sea alejamiento o soterramiento. Pero creo que todos sabemos distinguir cuando nos hemos equivocado, sobre todo si nos lo demuestran constantemente. El problema es que, al parecer, no todos sabemos reconocer el error ante los demás. Yo al menos sigo esperando las explicaciones del concejal encargado del proyecto o de la misma alcaldesa.
Según he podido conocer, los informes técnicos de la policía recomiendan, entre otras cosas, crear una rotonda para evitar los atascos que, seguro, colapsarán la zona con la salida de los trabajadores del polígono, y señalizar el túnel ante el riesgo de inundaciones. Hay que añadir que, por la mala planificación, premura e improvisación tras improvisación, el túnel se cruza con la conducción de la rambla. Esto hace que la distancia entre la canalización y las vías del tren quede reducida a poco más de 3 metros de altura. No hay que ser muy listo para saber que por muy gálibo reducido que quieran hacer, esta distancia es insuficiente para hacer túnel alguno. Y para rematar, esto también ha provocado que, al verse obligados a llevarse el túnel más allá de por dónde cruza la rambla, sea necesario expropiar varios terrenos y naves para poder finalizar el proyecto.
Una chapuza inviable que, de realizarse tal y como pretenden, costaría al consistorio mucho más de lo que se puede permitir, y prolongaría las obras a más del doble de lo que se prevé con el proyecto inicial. Pero claro, ¿qué otras cosas ha conseguido el PP que no hayan sido desarrolladas gracias a los planes E y Confianza del Gobierno y la Generalitat? Nada, excepto una plaza de toros que se está terminando a golpe de timbal y sin saber bien cómo se va a pagar. Porque, al menos yo, sigo sin creerme que la Generalitat termine pagando el proyecto, pero las empresas sí querrán cobrar cuando acabe la rehabilitación.
Y después de esto me gustaría que el Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento le hubiese quedado claro que, como empresario, vecino de la zona, y colaborador con asociaciones sociosanitarias, no vuelva a utilizar el nombre de todos para estrategias propagandísticas. Pero, ante todo, esto: en mi nombre no.
Fdo. Antonio Abad Olcina