En Villena no renta una mierda
Este lunes nos hemos encontrado en los medios locales con la noticia de que nuevamente, un concurso municipal, en este caso para la adjudicación de la instalación de sanitarios portátiles en fiestas, quedaba desierto al no concurrir a éste empresas interesadas en el negocio que le ofertaba el ayuntamiento.
En cualquier otra ciudad, que nadie se preste a gestionar las heces de la ciudadanía durante los días en honor a su patrona sería algo anecdótico, pero parece ser que en Villena, lo de que las empresas rehúyan entablar relaciones comerciales con el ayuntamiento, es lo habitual.
Y es que en el paquete de la nombrada adjudicación desierta hay que sumar la de la adjudicación de los arcos de fiestas y navidad, que a su vez se unen a la ya existente larga lista de servicios que ninguna empresa considera rentable vender al precio y las condiciones que dicta nuestro muy ilustrísimo ayuntamiento. Lista que incluye por ejemplo el autobús de línea urbano, las cafeterías de espacios municipales como la del centro de mayores o los trabajos de elaboración en materia del celebérrimo PGOU.
Pero el problema de las empresas con el ayuntamiento no solo parece ser con las que hacen falta y no quieren venir, sino con las que están o con las que se han ido.
Ya en su día el servicio de recogida de basuras se hubo de municipalizar deprisa y corriendo (pese a haber pagado poco antes a una empresa escogida a dedo desde el ayuntamiento por la redacción de unos pliegos para la nueva adjudicación del servicio) al instar desde el juzgado a la que empresa abandonase la concesión que se alargó hasta que se pudo y un poco más. Y desde entonces, en un alarde de transparencia nula, nadie que no esté dentro del equipo de gobierno sabe muy bien qué sigue haciendo La Generala (cuyo logo sigue apareciendo por ahí), qué cosas no y cómo se resuelve económicamente con ellos los apaños que se han tenido que ir haciendo fruto de la improvisada maniobra realizada y las necesidades surgidas.
Estos días vemos como los festivales parecen estar más fuera que dentro y pese a que la excusa que se da a la ciudadanía es la falta de alojamiento en nuestra localidad, lo cierto es que parece que la relación de la promotora con el ayuntamiento no es la que era cuando llegaron. Se escuchan rumores de incumplimientos del convenio firmado y de que los ediles que han ido pasando por la responsabilidad de ocuparse del evento, no han sabido dar la talla o tener buena sintonía con la promotora. Sea por lo que sea, lo cierto es que parece que también quieren ganarse el pan en otro lugar.
Y entre una cosa y la otra, las noticias que decían que empresas de la industria de la persiana de Sax iban a abrir una planta de producción en nuestro polígono de Bulilla generando puestos de trabajo y que celebramos como en Bienvenido Mister Marshall, se las llevó el viento y nunca más se hizo mención al por qué de aquel fracaso.
Y la lista sigue, pero considero que con lo citado queda bastante claro que Villena, últimamente hace especial honor a su fama de que no es buen lugar para hacer negocios y que por ello debemos reflexionar y trabajar sobre lo que ha de cambiar.
Sobre todo cuando cada día que pasa, el final de otras concesiones de servicios municipales se acerca más, y alguien tendrá que ocuparse de esas labores, como la de lidiar con nuestra mierda en fiestas, y que al menos le rente un poco.