Recójanlos y póngalos allá donde nunca debieron dejar de estar. Y háganlo sin distinción, todos y cada uno de los que están obligados a reflotar esta nave a la que han quemado sus motores y han dejado a la deriva con la única esperanza de poner sus culos a salvo en una pista de aterrizaje más conveniente.
Les solicito, por su bien y el bien de villeneros y villeneras, que retomen el guión. Busquen, miren debajo de sus mesas, detrás de los asientos de sus despachos, en los archivadores; pregunten a sus ayudantes o a sus secretarios, consulten a sus ordenadores, pidan a sus asesores de confianza una pista, revuelvan en ese montón de folios que depositados en la equina de sus mesas añoran sus manos, dediquen a Villena este postrero esfuerzo porque ya está bien la broma, no podemos más.
Es vital para nuestra claridad mental que encuentren los papeles que han perdido y con ellos restituyan la dignidad a una institución que se ha convertido en una casa de locos de la que solo salen por la ventana gritos e insultos a diestro y siniestro que nos hacen rozar la desesperación y activan nuestra curiosidad más morbosa a la espera de los primeros trastos. El día a día es un compendio de denuncias, exabruptos, actitudes subidas de tono, replicas y contrarreplicas que ya aburren por repetitivas y que nos dirigen al desastre sin remisión. Tan solo pensar que esta dinámica tiene que durar hasta que, ya exprimida nuestra paciencia, llegue lozana y sonriente la campaña electoral, cortocircuita mis sentidos.
Por favor, recapaciten y hagan memoria, rebusquen en sus cabezas donde y cuando dejaron de controlarlos, donde los vieron por última vez, qué hicieron con ellos. Los ciudadanos necesitamos un lapsus para recuperar la confianza en su labor, para poder tomar conciencia de la necesidad de su gestión, para volver a convencernos de que los ayuntamientos están creados por y para el pueblo, y que no son plataformas de despegue hacia estancias superiores que sólo benefician al que pilota la nave.
Este ruego es por su bien, porque llegará el 2011 y si sus papeles no se han encontrado y cada uno de ustedes no ha sido capaz de volver a recuperar su lugar, si los que deben de oponerse no se oponen, si los que deben de gobernar no lo hacen y si los que debemos de fiscalizar sus acciones no disfrutamos de la preciada limpieza ideológica para juzgarles por su trabajo y no por sus actitudes, actos y acciones, si llegada esa fecha no nos ha sido repuesta la calma y la cordura, y nos siguen sometiendo a este martirio mediático que ya nos sale por la garganta amarillo como la bilis y con idéntico amargor, nuestra capacidad de decisión se verá seriamente mermada.
Porque empezaremos a cuestionar seriamente que no dedican sus esfuerzos a la causa que les puso en esos escaños desde los cuales se pelean, seguiremos dudando que realmente lo más importante sea el pueblo y no su ego, su orgullo o su estatus de aceite sobre agua, por el que luchan encarnizadamente. Y serán los únicos responsables de colmatar hasta el límite nuestra paciencia con respecto a ese trabajo suyo, que se han encargado de desprestigiar como quien muerde la mano que le da de comer. Y si no aparecen, porque no les interesa encontrarlos, constrúyanse con el nuevo plan E una cúpula bajo la cual poder seguir con esta vergonzosa sintonía. Puestos a olvidarse de aquellos que les dieron su trabajo y del pueblo al que representan, háganlo con estilo, y añadan al abandono al que nos han llevado el silencio reparador que merecemos.
