Apaga y vámonos

Entre todos los mataron…

No dejes que la realidad te estropee un bonito titular es una máxima que, además de la prensa amarilla y sensacionalista, suelen hacer suya algunos cargos políticos, empeñados en chupar cámara aun a sabiendas de que están vendiendo humo y, en consecuencia, es muy probable que sus propias palabras puedan volverse en su contra.
Oye, Aure, ¿cómo va lo del Paseo Chapí, que hace tiempo que no sé nada?, me preguntaba hace poco una vecina del Paseo, preocupada, como el resto del barrio, por la espiral de degradación que afecta desde hace años a lo que no hace tanto fuera una zona emblemática de nuestra ciudad. Y excepto cuatro lugares comunes no supe qué responderle, más que nada porque ando, supongo que como muchos, obnubilado con tanto fuego artificial en forma de mega-macro-proyectos, llámense plazas de toros, centros comerciales o nodos logísticos. Así que, una vez admitida mi ignorancia, me ha tocado encerrarme entre mis notas a ver realmente qué es lo último que sabemos, quién lo ha dicho y cuándo lo ha dicho, tras lo cual, profundamente deprimido, he decidido irme a vivir a otro barrio.

Lo más reciente que he descubierto vía hemeroteca es que la edil de Urbanismo, María José Hernández, aseguró ante el Foro de Debate y Diálogo de la Fundación Vivir, el 30 de noviembre de 2007, que “ se está trabajando para construir un parking subterráneo en el Paseo Chapí”, una afirmación ante la que no pude más que esbozar una irónica sonrisa, puesto que ya la había oído con anterioridad, más concretamente a su antecesor en el cargo, José Ayelo, que el 30 de junio de 2006 afirmó que “ el subsuelo del Paseo Chapí acogerá un parking de 700 plazas cuya construcción permitirá una remodelación total de la zona”. Conste en acta que estas últimas declaraciones ya las recibí yo sin fe alguna, más que nada porque otro integrante del tripartito, Antonio Pastor, ya había sentenciado dicha actuación, el 30 de noviembre de 2005, al asegurar que la obra “no era prioritaria”. Aún así, Pastor no perdió la oportunidad de reclamar sus 15 minutos de fama, pues a continuación añadió, ni más fundado él, que “ lo que sí vamos a arreglar son las zanjas irregulares resultado de la instalación del gas ciudad y la fibra óptica”. Ahí queda eso para la historia.

No obstante estos malos augurios, otros mensajes me hacían mantener la fe, puesto que al fin y al cabo la “remodelación del Paseo Chapí”, así, literalmente citada, está incluida en el programa electoral del Partido Popular, y su edil de Calidad Ambiental, Mari Paz Poveda, llegó a ponerle fecha al proyecto el pasado 31 de octubre de 2007: “ El Paseo Chapí será completamente remodelado el año que viene, una vez se aprueben los Presupuestos 2008, actuando sobre la iluminación, el alcantarillado y el firme”. Lamentablemente, tras la aprobación de los presupuestos por parte del Equipo de Gobierno y su posterior revisión por éste que les habla, sólo cabe constatar que esta actuación no se realizará en 2008, más que nada porque no se ha destinado ni un triste euro para la causa.

Quién sabe, quizá nos encontremos ante un nuevo ejemplo de política creativa, esa que consiste en dejar echar a perder un edificio durante 20 largos años para que luego venga alguien de fuera con 15 kilos para salvar los muebles. Igual es eso lo que debemos hacer con el Paseo: dejar que se pudra, se convierta en un gueto y sus vecinos lo abandonen mientras vamos a preparando, a 20 años vista, un DVD cojonudo en el que las palmeras renacerán por generación espontánea.

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