Opinión

Entrepiernas

Estimadas lectoras: ¡Ya estamos en Fiestas, como aquél que dice! Y es que, pese a que acabamos de iniciar el mes de junio, ya se empieza a vivir y a respirar ese “ambientecico” tan peculiar que acompaña a las primeras noches de septiembre. Todavía faltan más de tres meses para que empiece el pregón, y ya podemos decir aquello de lo pasao pasao. Y digo esto porque durante la primera quincena de este mes se va a llevar a cabo en nuestra ciudad la celebración de las I Jornadas sobre Fiestas de Moros y Cristianos, o lo que es lo mismo, esa “novedosa” experiencia denominada “Entrefiestas”.
Es decir, dos semanas dedicadas a llevar a cabo un profundo debate alrededor de la realidad y la problemática que rodea a nuestras Fiestas. Pero vamos a ver: ¿Acaso no se ha dado nadie cuenta de que aquí, en realidad, el verdadero y único problema que existe es que sólo sabemos hablar de Fiestas? ¿No nos sería mucho más útil crear y promover, por ejemplo, unas jornadas bajo el nombre de “Entrevías”? ¿Y otras con el nombre de “Entreaguas”?, ¿y por qué no otras con el nombre de “Entresuelos”? (porque no vean cómo se ha puesto el asunto de la vivienda) o, si me apuran, unas denominadas “Entrecot”, para abordar los turbulentos asuntos de la carne, y otras de carácter deportivo con el nombre de “Entrenadores”, para ver si devolvemos al Villena a la categoría que se merece y conseguimos revivir de nuevo aquellos gloriosos tiempos de Vicentín, Natero, Vasconcellos y Wilson…

En fin, que aquí, como verán, hace falta cualquier cosa menos ponerse a hablar de pólvora y música, de escuadras y boatos, de embajadas y desfiles o de chufas y altramuces, que de todo eso andamos sobrados y ya sabemos bastante. Pero viendo que es lo que más gusta, y conociendo el interés general que estos asuntos despiertan, yo también he querido aportar mi pequeño granito de arena, y me he permitido la licencia de organizar unas jornadas paralelas a las que he dado en llamar “Entrepiernas”. Y nadie piense que aquí vamos a hablar de sexo (aun sabiendo que junto a las fiestas es lo que más interés despierta). Ni mucho menos. “Entrepiernas” pretende ser un espacio abierto para la búsqueda de soluciones a todas aquellas rozaduras y escaldaduras que se producen en las ingles y en la parte interior de los muslos durante las Fiestas. Un informe redactado por los médicos de guardia de los Centros de Salud y Especialidades, ha revelado que junto a las bambollas y las afecciones gástricas, las irritaciones en la entrepierna son uno de los grandes problemas que afectan al festero saliente. Por ello, hablaremos de la importancia que tiene utilizar siempre calzoncillos de camal, a ser posible de algodón, espolvorear bien la zona con polvos de talco, y no utilizar jamás slips o tangas que puedan incomodar al festero y restar, de este modo, esplendor a los desfiles.

Porque no hay nada que pueda deslucir más un acto que ver a un festero escaldado, desfilando como si llevara, perdónenme la expresión, “una gachamiga de kilo metida en los calzoncillos”. Además, durante la celebración de “Entrepiernas” se expondrán también algunas de las alternativas más interesentes para poder resolver asuntos tan complicados y prioritarios como la masificación de nuestras fiestas o la extremada duración de algunos desfiles como la Entrada o la Cabalgata. La primera opción que se baraja es la de que los festeros se agrupen por parejas y desfilen a cosqueretas. Con ello se reduciría de un plumazo a la mitad el número de participantes, pasando a ser éste de 7.500 aproximadamente. Otra opción posible es la de eliminar las tribunas, ya que cada vez son más los villeneros que eligen la opción de abandonar Villena en Fiestas y son menos, en cambio, los que están dispuestos a pagar por ver un desfile, y destinar árboles, farolas, escaparates, portales y balcones para dicho fin. De este modo, se ampliaría la zona desfilable, los festeros podrían desarrollar su marcha también por la aceras, y en cada fila llegarían a caber alrededor de treinta o cuarenta miembros. El único problema serio con el que nos encontraríamos es que, probablemente, una botella de whisky de 75cl no llegaría nunca de punta a punta, y los cabos acabarían mucho más cansados. La tercera y última opción que se baraja, es la de que se desfile en doble sentido. Es decir, utilizándose un carril para el Bando Moro en dirección de la Losilla al Portón, y otro para el Cristiano a la inversa, para que ambos bandos puedan salir y llegar prácticamente a la misma hora.

La semana que viene, se publicará en esta misma sección la programación completa de “Entrepiernas”.

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