Erotismo para impresionar a las visitas
Abandonad toda esperanza, salmo 337º
¿Sabían ustedes que la clastomanía es la excitación sexual producida al romper la ropa que lleva puesta la persona deseada? ¿O que la dacrifilia es la provocada por el llanto? ¿O que la knismolagnia es la que despiertan las cosquillas? ¿O que la zlipsosis es la producida al efectuar pellizcos? ¿No? Pues el corrector de Word tampoco, porque me subraya en rojo todos estos extraños vocablos, y yo tres cuartos de lo mismo... hasta que cayó en mis manos la Enciclopedia erótica del cómic que acaba de publicar Cátedra, y de la que les sugiero vayan pidiendo un ejemplar para Reyes siempre que sean capaces de esperar hasta entonces y no comprarlo ya mismo. Se trata de un libro ideal para dejarlo al alcance de esas visitas liberales que todo el mundo tiene con el fin de que se asombren de nuestro buen gusto estético. El requisito de lo liberal no va por el sexo, que a estas alturas espero ya estemos todos curados de espantos, sino por el cómic... Ustedes me entienden. Y si necesitan más avales que mi recomendación, ahí van un par: por un lado sus autores, Luis Gasca y Román Gubern, que juntos y por separado son firmas más que autorizadas en el estudio de las artes visuales, particularmente el cine y el cómic. Por otro, que en sus páginas se recogen definiciones ilustradas con ejemplos extraídos de absolutamente todos y cada uno de los géneros y autores susceptibles de estar ahí, y no solo los especializados en cómic erótico: encontramos historieta europea, pero también superhéroes yanquis y el amplio espectro del manga; y autores hay para aburrir, de clásicos como Alex Raymond o Milton Caniff a contemporáneos (o contemporáneas, para que no se diga) como Melinda Gebbie o Ana Miralles, pasando por los inevitables maestros del erotismo europeo: Guido Crepax y su Valentina, Jean-Claude Forest y su Barbarella, o Milo Manara y sus Borgia en colaboración con el picarón de Jodorowsky.
Les podría mencionar más autores, como Horacio Altuna, Jordi Bernet, Howard Cruse, Richard Corben, Carlos Giménez, Tanino Liberatore, Georges Pichard, Gilbert Shelton... pero destacaré el caso de Roberto Raviola, más conocido como Magnus, aprovechando que se trata de un artista menos conocido por estos lares y que ahora disponemos de un volumen que debería ayudar a paliar esa carencia ya que recopila una buena parte de su producción. Como su título indica, Erótico y fantástico se centra en dos temáticas capitales en la obra de este autor italiano desaparecido en 1996, y en su interior encontraremos, tras una fascinante "Autobiografía en viñetas" donde apenas tres páginas le resultan suficientes para dibujar un autorretrato vital y profesional, relatos como "Milady en el 3000" (space opera en la línea de Moebius o Paul Gillon), "Las ciento diez píldoras" (narración erótica ambientada en la China de las dinastías medievales) o "Las mujeres encantadas" (antología de fábulas fantásticas ambientadas en parajes exóticos).
En definitiva: se trata de un volumen indispensable para rellenar un hueco imperdonable en nuestro conocimiento del tebeo europeo del siglo pasado, como indispensable es esa Enciclopedia erótica del cómic que, si hubiese lucidez en el mundo, debería vender muchos más ejemplares que esas tan traídas y llevadas Cincuenta sombras de Grey. Pero ya verán como no.
Enciclopedia erótica del cómic y Magnus: Erótico y fantástico (1980-1995) están editados por Cátedra y Norma respectivamente.