Escaparate cultural
En el comienzo resulta que el cuerpo nos pide reclamar una vez más a los cielos aquello que se llevan. A Pablo Lau esta semana. De su memoria conservo un folio escrito de pronto en un bar, un rostro que podría dibujar, una entrevista para aquella inconclusa secuela del Magazine Viento Fresco, y muchos colores, y formas, líneas, contenidos en piezas que uno cree poder recordar después de verlas, pero que después se pervierten en la memoria: por la particularidad de esas líneas, formas y colores; por la impresión que recogen y expresan. Es una pérdida, la de Lau, para Villena. Aquí encontró personas a las que apreciar, querer, amar..., que lo apreciaron, lo quisieron y lo amaron.
No me voy a andar a continuación con invitaciones a la revisión de su obra, y hablo por ustedes, queridas personas. Porque tendría que hacerlo con Pepe Navarro, de quien últimamente se han realizando diferentes actos referidos a su obra, como sabréis. O porque tendría que nombrar las exposiciones que en el último mes han presentado Vicente Molina, Jero Martínez, Fran López, Pedro Marco
Todo llegará.
Sujeta la pérdida a un lado, me inclino a comentar tres anotaciones, todas cinematográficas. En primer lugar la que apunta a considerar la programación de la Semana de Cine Fantástico que se realizará por onceava vez en nuestra localidad. La segunda para prevenirles del incipiente estreno del film Qué pelo más guay, en el que participa como actor, guionista y productor Rulo Pardo, y toma como base el montaje teatral que desde hace casi diez años llevan en gira él y Santiago Molero. Una película que ya ha sido testada con profesionales de la crítica y de las artes visuales, obteniendo una considerable aceptación y devoción, y que pudimos ver en pase privado hace unos días. Un privilegio que sin duda podrá disfrutar nuestra ciudad en breve, tras la presentación oficial de la película. Porque Sexpeare, sin duda, pone en firme en el terreno cinematográfico, su estilo y concepto artístico. Lo que viene a significar: su modo de entender, expresar y sentir el arte, su devenir. Y para ello no teme en el terreno cinematográfico, tal y como hizo en el terreno escénico, imprimir sus formas: que rompen estereotipos, moldes, convenciones y escuelas.
En tercer lugar, no se me olvida, está la propuesta de Vicente Molina, ese que pinta. Ganador de varios premios nacionales de spot publicitarios y cortometrajes. Quien asegura que su primer largometraje de animación podrá exhibirse dentro de apenas tres meses, tras un largo período de trabajo. Así que así está Villena, en mitad de la crisis. Con un buen puñado de personas dispuestas a seguir trabajando pese a todo. Volcadas en sus proyectos artísticos y luchando luego por ellos. Dando un ejemplo de que merece la pena trabajar por lo que se cree.