Cultura

Escribí el 13 de Junio de 2007

Escribía el 13 de junio de 2007 una columna dando la bienvenida a las personas responsables de las áreas de Cultura y Juventud a partir de ese momento. Les deseaba que lograran afrontar la batalla con “empeño, creatividad y dedicación”. Me tomaba la libertad no obstante, previa a los buenos deseos, de transmitir mi impresión sobre los terrenos que iban a comenzar a gobernar. Cuando alguien entrega algo por propia voluntad no debe esperar nada a cambio. Menos cuando lo que se obsequia es tan inmaterial como un pensamiento, aire sin mayor valor que el que pueda otorgar quien lo recibe.
Ahora, lejos de pedir cuentas sin derecho, debería limitarme a transmitir mis disculpas. Mi atención debió prever la verdad del caso. Cuando nuestro pensamiento se aleja de objetos cercanos, cuando consigue abrir surcos a través de tópicos y demás impurezas, todavía no alcanza a vislumbrar ni de lejos el aura de las Ideas. Aún así, al intentarlo –les propongo el reto–, al indagar acerca de cualquier realidad, del sentido primero por ejemplo de la inclusión de las Ideas de Juventud y Cultura dentro de las áreas de trabajo del Gobierno de Villena en este caso, resolveremos que no tenemos más que aire entre los dedos. ¿Y qué queda cuando no existen las Ideas? Las acciones, diremos. Las actividades, la programación de actividades. Me temo que el personal técnico de ambas concejalías se vale por sí mismo para resolver el calendario, incluso en el peor de los supuestos navegará arrastrado por la inercia. Y aquí es donde entra aquello llamado políticas de Cultura y Juventud. Y ese “aquí” hace referencia a un lugar dentro del texto, no a esta Villena donde apenas han existido. Quizás esto deba llevarnos a pensar que tal vez no han existido porque en realidad no son necesarias, porque nos basta con mantener una presencia protocolaria en ambas concejalías. Personas que presenten los trabajos del equipo técnico, personas que estén presentes cuando los actos lo requieran.

Los últimos presupuestos propuestos así lo manifiestan, aseguran cuanto menos la línea continuista. ¿Falta de ideas, falta de proyección, falta de interés, falta de resolver el enigma que revela dónde está el camino? Podríamos suponer que nos encontramos con aspectos de la vida ciudadana ya resueltos, como cuando al ver la señal de stop en un cruce certificamos que el problema ya está solucionado. Visto de tal modo no es de extrañar que ante el toque de atención sobre el recorte del presupuesto de Juventud, el señor Valiente diera una respuesta tranquilizadora: no se preocupen, los niños tendrán actividades este verano igual que todos los años… o mejores. ¡Qué gran verdad y qué gran definición de lo que significa el área de Juventud para quienes manejan esta barca!

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