Espacio Joven
De modo que como a hurtadillas se presentaron el pasado diciembre las instalaciones del nuevo Espacio Joven. Ubicado junto a la dichosa Piscina Cubierta, continuando la Ronda Estación, cruzando la Calle Muelle y adentrándose en el pasaje que forman los nuevos edificios. Allí, donde se proyectó la Zona Zero Junior. Elevado sobre los escombros vertidos durante la construcción de las parcelas contiguas, sobre cientos de metros robados de sótano por las constructoras, perdidos por despreocupación de nuestros representantes. Al fin se erige el Espacio Joven.
Sin demasiados aspavientos ni protocolo de momento, como a falta de una presentación oficial, la que se debe a nuestra ciudad, porque la otra, la presentación política ya se realizó, embutida entre el anuncio (y polémica) del Festival Aupa Lumbreiras y las pasadas fiestas.
Y amanece con la fragilidad de toda nueva iniciativa municipal supuesta en esta nueva y desastrosa época. Entre las delicadas situaciones de las instituciones veteranas: Teatro Chapí, Casa de Cultura, Bibliotecas (quienes tras aquella amarga noticia de reducción oficial de categoría, anuncian que dejarán de ofrecer prensa diaria a personas jubiladas, en paro, estudiantes que hacen un descanso y demás población). Amanece con osadía, con esa que pertenece por derecho a la juventud. Y amanece afortunadamente con el compromiso por parte del concejal responsable, Pablo Juan Martínez, de estar al pie del cañón en su crecimiento y desarrollo, de estar codo con codo despacho con despacho, de hecho con la Juventud y en consecuencia con el reciente Consejo de Juventud.
No les adelantaré mucho más del espacio que todavía nos debe presentar el señor Martínez, salvo que dispone de espacios suficientes para que esa parte de nuestra población que todavía no ha cumplido los veintitantos pueda cubrir y desarrollar sus inquietudes en casi todos sus aspectos. También las relacionales, la sociales, puesto que se perfila como un espacio de referencia para que los grupos se den cita allí, queden, estén. Pero que al mismo tiempo encuentren diferentes opciones de ocio, socialización y desarrollo. Música, artes plásticas, vídeo, pintura, teatro, son líneas que el espacio pretende ofrecer para desarrollar y disfrutar en su seno. Un cuenco vacío lleno de posibilidades que esas generaciones a las que hemos oscurecido el futuro pueden colorear a su gusto.
Villena sabía que necesitaba este espacio. Un espacio que hasta el momento han ido cubriendo hasta casi desbordarse algunas asociaciones juveniles de nuestra ciudad. Lo hemos sabido demasiado tiempo, y nos hemos andado con rodeos, o con indiferencia, o con promesas. Pero al fin ha llegado la hora. No es lo que una parte esperaba, ni es lo que la otra ha podido alcanzar, pero es algo. Y sólo desde algo se puede empezar a crear. Basta de excusas. Ahora sólo es necesario apoyo y colaboración. Llenar ese espacio de gente joven, de actividades, de vida.