En las horas siguientes al fallecimiento de Fernando Sánchez Dragó el pasado 10 de abril, y al margen de los inevitables insultos y maldiciones que siempre despertaba una figura tan controvertida como la suya, la red se llenó de obituarios que recordaban las novelas y ensayos más relevantes del escritor y divulgador madrileño. Y en ninguna de aquellas notas necrológicas faltó el concurso de Gárgoris y Habidis: no es de extrañar, pues esta obra subtitulada Una historia mágica de España y editada en varios volúmenes fue un auténtico (e inesperado) best seller en el momento de su publicación allá por 1978; obtuvo el Premio Nacional de Ensayo al año siguiente; despertó numerosas polémicas a partir de su tratamiento de algunos mitos fundadores como la Atlántida, Tartessos, la figura de Jesucristo, el Camino de Santiago, la Orden del Temple o el Santo Grial; y, desde entonces y tras varias reediciones y formatos de forma ininterrumpida, ha venido abriendo la puerta a contemplar una imagen de nuestro país alejada del realismo costumbrista impuesto con mano férrea por algunos de nuestros clásicos literarios más admirados: de La Celestina a Galdós, Clarín y Pardo Bazán, pasando por el inevitable Quijote y el grueso de la literatura picaresca.
Con esta línea temática entronca el nuevo libro del periodista Pedro García Cuartango, España mágica. Este viajero impenitente, que curiosamente es también -como lo era el mismo Sánchez Dragó- amigo y contertulio habitual de los coloquios cinéfilos de José Luis Garci, nos propone un viaje por los grandes secretos arqueológicos y monumentales de nuestro país (así reza el subtítulo de la obra); o lo que es lo mismo, un recorrido por nuestra geografía más allá del tiempo, dado que nos retrotrae a las raíces de la identidad hispana: la Iberia del Megalítico, a la que siguieron la celta, la fenicia, la griega, la romana y la medieval... Todas ellas, espacios que habitaron nuestros ancestros y donde quedó una huella indeleble, aunque no obvia, de su existencia. De este modo, si el lector desea descubrir si es cierto que en Toledo se encuentra escondido el palacio de Hércules, o si es verdad que en Fisterra se oculta el sepulcro de una bruja custodiado por serpientes, solo tiene que sumergirse en las páginas de este peculiar libro de viajes que nos invita a caminar por la España menos transitada y más alejada del fenómeno turístico: la de los lugares de culto y los paisajes de leyenda que acabaron forjando la verdadera historia de nuestro país.
La llegada del libro de García Cuartango a las librerías coincide con la publicación de La España mística, una propuesta de Manuel Jesús Segado-Uceda en la que este especialista en Historia del Arte, Arqueología y Patrimonio Histórico se centra en los supuestos hechos paranormales que se dice acontecieron en algunos de nuestros conventos y que raramente trascendieron más allá de sus muros: una increíble historia de estigmas, resplandores e incorruptibilidad de los cadáveres que va desde sor María de Jesús de Ágreda, una monja soriana que mediante el fenómeno de la bilocación (sic) habría estado presente al mismo tiempo en su celda y en Nuevo México, Arizona y Texas en más de quinientas ocasiones para llevar a cabo su labor evangelizadora; hasta la figura de la hermana Magdalena de la Cruz, que siempre que tomaba la comunión caía en éxtasis y tenía impactantes visiones místicas, y sobre la que llegaría a recaer la sospecha de estar endemoniada. Sin olvidar, claro está, a los célebres San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, que son capítulo(s) aparte por formar parte fundamental de nuestra literatura mística. Y al igual que España mágica, estamos ante una obra que sirve de guía turística pues incluye al final una relación de lugares para visitar que han sido citados en las páginas precedentes.
Llegado este punto, me veo en la obligación de señalar que un servidor, que es racionalista hasta la médula, no entra en el juego de Iker Jiménez y su Cuarto Milenio -infausto programa televisivo del que, dicho sea de paso, Segado-Uceda es colaborador-, y de muchas de las cuestiones aquí reflejadas no se cree absolutamente nada; pero eso no quita para que el acercamiento a esa “España oculta” que divulgan los dos libros que les comento hoy pueda ser de lo más provechoso, intelectualmente hablando, dado que su contenido forma parte de nuestro acervo cultural. Y, ya puestos, recuperemos también la monumental obra de Sánchez Dragó, o incluso su Diccionario España: España mágica... sea o no como homenaje póstumo al finado.
España mágica y La España mística están editados por Ediciones B y Almuzara respectivamente.