Espectáculo lamentable en el Pleno Municipal
Bochornoso fue lo ocurrido en el pleno de anoche, donde el enfrentamiento que la alcaldesa, Celia Lledó, y los ediles No Adscritos vienen manteniendo desde que estos últimos abandonaran el Partido Popular dejando en minoría al equipo de gobierno culminó con la expulsión de la concejala Adela Serra y el abandono del Salón de Plenos por parte del resto de ediles de la oposición.
Se debatía una moción sobre los pliegos para adjudicar el servicio de recogida de basuras y limpieza viaria, cuando la edil No Adscrita intentó tomar la palabra, negándosela la alcaldesa al haber intervenido ya sus compañeros Mª Paz Poveda y Juan Richart. Serra insistía en hablar y recordó que al no formar grupo los No Adscritos podían intervenir todos en cualquier punto. Tras pedirle en tres ocasiones que dejase de interrumpir al portavoz del PP, José Joaquín Valiente, Lledó optó finalmente por llamar a un Policía Local para que la desalojase del Pleno, algo que no había ocurrido nunca en Villena.
Cuando el agente llegó al salón, todos los ediles No Adscritos, seguidos por los del PSOE y Los Verdes, se levantaron y abandonaron el Pleno, lo que obligó a la alcaldesa a suspender la sesión plenaria, por falta de quórum (necesitaba que 1/3 de la Corporación estuviera presente para poder seguir). Parte del público asistente también se marchó cuando apareció el agente, quejándose de "falta de democracia".
Una vez fuera del Salón de Plenos, Adela Serra señalaba que para Celia Lledó parece que en Villena vale todo y añadía que aunque sea la alcaldesa no se puede consentir que tome atribuciones que no le corresponden. En este sentido indicaba que al no ser grupo municipal, la ley nos permite hablar todos en cada debate, pero para lo que le interesa a ella nos trata como grupo, pero cuando no le conviene dice que somos independientes. Según ella, ha perdido el norte, hace que la ciudad sea ingobernable y es un cáncer para Villena.
Celia Lledó por su parte lamentaba que se tuviera que llegar a esta situación que al final tenía que reventar, puesto que en cada pleno los ediles tránsfugas me están provocando, para tener su minuto de gloria. Según ella, estos concejales han perdido el respeto al máximo órgano de responsabilidad local que es el Pleno y se niegan a cumplir las reglas del juego.
También se quejaba de la cobertura que los ediles socialistas y verdes dan a los tránsfugas, porque así han quedado sobre la mesa mociones importantísimas. Añadía que de aquí a las elecciones no va a consentir que intenten convertir cada sesión en un espectáculo, porque aquí se viene a debatir, no a gritar.