Ahora mismo coinciden en cartel las últimas películas de dos figuras capitales del cine fantástico y de terror actual; uno es un veterano que a estas alturas no tiene nada que demostrar porque se ha ganado a pulso inscribir su nombre en la historia del género, y el otro ha conseguido con apenas tres largometrajes convertirse en un cineasta respetado (y oscarizado) del que se espera con auténtico interés cuál será su nueva propuesta. Por otra parte, ambos suscitan por igual tantas pasiones como odios. Ellos son David Cronenberg y Jordan Peele, y ya les adelanto que sus más recientes trabajos no se cuentan, a mi parecer, entre los más logrados de sus respectivas filmografías... Entre otras razones porque considero que miran demasiado al pasado revisitando temas, argumentos e ideas que ya trataron otros (cuando no ellos mismos).
Por su parte, Crímenes del futuro ha sido saludada por la crítica especializada, y con razón, como el regreso de David Cronenberg al cine más explícitamente fantástico que cultivó especialmente en la primera mitad de su carrera; esto es, hasta el estreno de su película más célebre y exitosa (La mosca, versión años ochenta), si bien después reincidiría en un título puntual como eXistenz. Como recordarán, con la magistral Inseparables (quizá todavía hoy su film más redondo) inició una etapa si se quiere más seria (con perdón) en la que lo mismo se movía entre el cine de autor más arriesgado (véanse la espléndida Crash o la desigual Cosmópolis) y un cine más académico (la atípica M. Butterfly, sus estupendos thrillers Una historia de violencia y Promesas del este o el biopic doble y parcial que fue Un método peligroso). Pero, en efecto, con esta su más reciente película ha vuelto a transitar los territorios orgánicos y mutantes que exploró en filmes como Vinieron de dentro de..., Rabia, Cromosoma 3, Scanners o muy especialmente Videodrome, con la que constituyó el concepto de la “Nueva Carne” y cambió para siempre la historia del fantastique audiovisual.
Por tanto, qué duda cabe de que Cronenberg tiene más derecho que nadie a la hora de volver a ideas y temáticas de las que es prácticamente su progenitor; y hasta de recuperar el título de una de sus primeras y peor distribuidas películas, una Crimes of the Future de 1970 que apenas superaba la hora de duración y que solo hemos visto los más fanáticos de su responsable. Pero viendo esta Crímenes del futuro 2.0 que protagonizan Viggo Mortensen (sin duda el actor fetiche del canadiense en la actualidad), Léa Seydoux y Kristen Stewart uno no puede evitar la sensación de que Cronenberg se imita a sí mismo, como si se empeñase en ser cronenbergiano a la fuerza. Con todo, la cinta no carece de ideas brillantes (si hay un realizador contemporáneo con ideas dentro del género, ese es Cronenberg), así como de secuencias o planos memorables, pero que queda deslucida en comparación con la media de una filmografía por lo general impecable.
Un caso bien distinto es el de Jordan Peele, que como quien dice acaba de empezar en esto de dirigir cine (de terror o de cualquier otro género). Conocido anteriormente como actor y humorista, Peele dio el salto a la dirección con Déjame salir, un título que en su día despertó auténtico furor aunque al que esto firma no le entusiasmase tanto como a la mayoría, y que le valió el Oscar al mejor guion original del año. En cambio, sí me convenció con Nosotros, una historia de terror metafórico que paradójicamente no recibió elogios de forma tan unánime pero que volvió a triunfar en la taquilla; a la vez que consolidaba a su guionista y director como un nombre a tener en cuenta a la hora de manufacturar un cine al que podría aplicarse la etiqueta de elevated horror pero que parecía capaz de alcanzar unas recaudaciones que para sí quisieran cineastas más radicales y a contracorriente como Ari Aster o Robert Eggers. Con ¡Nop!, tercer largometraje que lleva su firma, Peele fusiona el terror y la ciencia ficción en un relato que no se priva de incluir unos apuntes de crítica social vinculada a la problemática racial que ya son marca de fábrica.
No obstante, y a pesar del buen gusto que Peele demuestra diseñando las escenas y componiendo los planos que las integran (atención a las muy sugerentes dos primeras secuencias, justo antes y después de los créditos iniciales), la trama de ¡Nop! recuerda demasiado a otras historias ya vistas; muy especialmente a Tiburón, cambiando al escualo asesino del film de Steven Spielberg por una criatura extraterrestre de ecos lovecraftianos. La cita al director de Encuentros en la tercera fase -otra cinta de la que este ¡Nop! presenta ecos, sobre todo en su primera mitad- no es banal: Spielberg es el realizador en el que Peele se fija aquí particularmente, y por extensión también en M. Night Shyamalan... que en mi opinión es un alumno mucho más aventajado. Y es que esta ¡Nop! se queda bastantes peldaños por debajo de Señales, el film de Shyamalan al que más se parece porque aquel también debe mucho, muchísimo, al maestro Spielberg.
Como verán, tanto a Crímenes del futuro como a ¡Nop! se les pueden poner algunos peros, aunque en comparación con una propuesta tan mediocre como aquella de la que voy a advertirles en las líneas que siguen, ambas podrían pasar por obras maestras incontestables del cine de terror. Y es que La invitación es un manojo de secuencias y planos fotocopiados que no hace más que tomar elementos de aquí y de allá, empezando por el mismo título (que arrebata al film homónimo de Karyn Kusama, este sí excelente, que triunfó en Sitges hace poco más de un lustro) y continuando por una mirada hacia las narraciones de vampiros que bebe de la estética decadente del Drácula de Coppola o muy especialmente de Entrevista con el vampiro de Neil Jordan (y la finada Anne Rice, claro) tanto como del romanticismo cursi y ramplón de la saga Crepúsculo.
Con todo esto mezclado, se elabora un cóctel en el que también se añade algún que otro jump scare de lo más sobado y una buena dosis de choque cultural en el marco familiar que recuerda poderosamente a Tú eres el siguiente y Noche de bodas; dicho sea de paso, dos filmes recientes en mi opinión muy sobrevalorados pero que dejan en mantillas al que nos ocupa. La firmante de este desaguisado es la casi debutante Jessica M. Thompson, que viene de territorios ajenos al género, y que a tenor de los resultados de esta insufrible nadería que lleva su firma se podría haber quedado allí. Como ustedes deberían quedarse en casa antes que acudir al cine más cercano para ver semejante bodrio. En cambio, con todas sus limitaciones y aunque puedan recordarles a cosas ya vistas, las cintas de Cronenberg y Peele ya son, ni que decir tiene, otro cantar.
Crímenes del futuro, ¡Nop! y La invitación se proyectan en cines de toda España.