Esther Esquembre se reafirma en su voluntad de unos festejos sin animales de exhibición ni aves rapaces
La edil de Políticas Animalistas, Esther Esquembre, ha terciado en la polémica por el uso de animales durante las Fiestas del Medievo, una festividad que ha elogiado y alabado, pero señalando que puede ser aún mejor, una celebración con valores y que nos iguale a los países modernos más avanzados.
Esquembre subrayaba que no ha sido ella quien ha alimentado este debate haciendo declaraciones, aunque se mostraba convencida del acuerdo adoptado con los vecinos del Rabal sobre las modificaciones a realizar el año que viene este, para el que ya había contrataciones realizadas, se limitó a impedir el uso de ponis para paseos, ya que el año pasado generaron importantes cuellos de botella y era peligroso por cuestiones de seguridad, señalando que tal vez haya existido un problema de comunicación pero advirtiendo a su vez que no me gustaría que ese acuerdo, tal y como yo lo entendí, no se lleve a cabo.
Asimismo, la edil señalaba que las Fiestas del Medievo, como otros eventos de este tipo, llevan tiempo siendo seguidos por los colectivos animalistas, que entienden que al igual que hemos asumido que debemos cambiar nuestro modelo energético o de consumo, también hay que cambiar nuestra relación con la naturaleza, pasando de un sistema de dominio, abuso y explotación a otro de reconocimiento y respeto. En este sentido, añadía que las Fiestas del Medievo son muy grandes por las personas que las llevan a cabo, y cada año nos demuestran con nuevas iniciativas, como la boda china, que pueden seguir creciendo sin recurrir al uso de animales, y entre todos podemos conseguir que sean aún mejores, una celebración espectacular y divertida y además con valores que suman, que nos homologan a los países europeos más avanzados y nos distinguen ante un turismo cada vez más crítico y concienciado.
Por último, Esther Esquembre informaba sobre la redacción de la ordenanza sobre el uso de animales en la que trabaja su departamento, una unificación de toda la legislación existente, que en muchas ocasiones no es aplicada por los ayuntamientos por puro desconocimiento, poniendo como ejemplo que no podría exponerse el puesto de cetrería al no tener un núcleo zoológico homologado en el que dejar los animales. De hecho, según la edil, el Seprona se llevó las manos a la cabeza al conocer en qué condiciones había aves rapaces en Villena.