Evasión… y victoria (Valió la pena escaquearse el trabajo para ver el debut de España en la Eurocopa)

Muy a mi pesar, he sido enviado por el director de EPDV para realizar un seguimiento in situ del ambiente que se respiraba en algunos locales de la ciudad durante la retransmisión del partido de fútbol entre España y Rusia. Y ha valido la pena.
Disfrazado de sociólogo en busca de muestras para el estudio “Absentismo laboral y Fútbol”, encargado por la prestigiosa universidad de Roïtggerburg, anduve dando vueltas por algunos bares y cafeterías, para acabar dando con mis huesos en el Pub J.J, conocido centro neurálgico para aficionadillos, aficionados y tiffosis en general.

La primera impresión, desmentida luego por los hechos objetivos, fue que una de dos: o los jefes se han puesto bordes y no permiten escaquearse a sus empleados o la Eurocopa importa un comino al personal, porque no se respiraba mucho ambiente futbolero que digamos. Más aún cuando uno recuerda aquellas épicas mañanas en las que el Madrid jugaba sus copas Intercontinentales (retransmitidas desde Japón a eso de las 11 de la mañana) vitoreado por los aplausos de funcionarios, empleados de banca y currantes varios que imaginaban las mil y una excusas para alargar el almuerzo durante dos horas, siempre que no hubiera prórroga y penaltis, pues en ese caso ya tocaba inventar alguna enfermedad repentina o catástrofe similar.

Pero ya les digo, eso fue sólo un espejismo: poco a poco, a modo de lento goteo, el bar fue llenándose de público (mientras se vaciaban los negocios, supongo) para poco después dar paso a gritos de ánimo, insultos al árbitro o variadas discusiones filosofico-existenciales del tipo: ¿Quién es Cazorla?, ¿cómo es posible que no estén Raúl y Guti?, ¿Cesc o Xavi?, ¿Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?, etc.

En fin, que sí. Que con el fútbol no hay quien pueda, lo echen a la hora que lo echen. Además, y sin que sirva de precedente, tanto esfuerzo valió la pena una vez contemplado el 4-1 final, por lo que fueron buenas las artimañas que cientos de miles de seguidores a lo largo y ancho de las Españas han tenido que llevar a cabo para ilusionarse por culpa de nuestra selección, que ya veremos hasta dónde nos corresponde.