Abandonad toda esperanza

Excelsior!

Abandonad toda esperanza, salmo 659º

Poco podíamos imaginar allá por el año 2008, cuando se estrenó Iron Man, que aquel iba a ser el comienzo de un proyecto que a estas alturas -aunque acaba de alcanzar un punto y aparte indiscutible- todavía no presenta muestras de agotamiento ni visos de concluir de forma definitiva. Ni siquiera la escena posterior a los créditos de aquel film, que presentaba por vez primera a Samuel L. Jackson como Nick Furia y que era la primera de una larga lista de escenas por venir que hoy son casi un género en sí mismas, nos pareció algo más que una broma cómplice o, peor aún, una promesa que como tantas otras no acabaría por cumplirse.

Las 21 películas del estudio que precedieron a “Vengadores: Endgame”

Hoy, con la vigésimo segunda película del llamado Universo Cinemático Marvel recién estrenada, y más allá de filias y fobias personales, podemos hablar de un hito absolutamente fundamental en la historia del séptimo arte: desde luego, lo es en términos industriales, en la medida en que las películas realizadas hasta el momento han recaudado en su conjunto y en todo el mundo una cantidad muy superior al presupuesto anual de muchas naciones del orbe. Pero además, también se nos antoja una aportación digna de estudio a la historia del cine en tanto que arte narrativo: y es que como no se había visto nunca antes en el ocio audiovisual, Vengadores: Endgame culmina un relato que empezó a contarse once años atrás y que llega incluso hasta producciones televisivas como Agents of S.H.I.E.L.D. y Agent Carter de manera directa, y de forma oblicua hasta las series de Netflix basadas en los personajes de la editorial. Una manera de contar las cosas muy habitual en los cómics de superhéroes, pero que hasta la fecha no se había trasladado a la gran pantalla de forma tan fiel y espectacular.

Los hermanos Anthony y Joe Russo, directores del nuevo film

Y es que para los que hemos crecido leyendo desde la infancia las aventuras de estos superhéroes, que gracias al cine han abandonado el gueto de los lectores frikis y nerds para alcanzar el consumo de masas, asistir a los estrenos de las distintas entregas de Vengadores, Capitán América, Thor y demás sagas (varias) o títulos únicos (cada vez menos, a tenor de las secuelas futuras que van anunciándose) ha sido una experiencia para la que, al margen de alegrías y decepciones puntuales, difícilmente se puede encontrar otra con la que establecer algún posible paralelismo: quizá lo más parecido sea el universo de Star Wars, en la medida en que se extiende a lo largo de varios años y en diversos ciclos, formatos y títulos. Pero si este último se reduce, por el momento, a ocho títulos de la serie principal y un par de cintas derivadas -al parecer, la pertenencia al canon de producciones televisivas de animación, no digamos ya de los filmes protagonizados por los ewoks y estrenados en los ochenta, es como poco muy discutible-, unos apabullantes Marvel Studios han conseguido estrenar más de una veintena de películas en poco más de una década, con triunfos en taquilla indiscutibles y unas recepciones críticas cuanto menos aceptables.

Todo empezó con Iron Man (Robert Downey Jr.)

Por todo ello, que algunos escritores cinematográficos juzguen a la recién estrenada Vengadores: Endgame según el mismo criterio con el que se analiza cualquier película convencional (independientemente de la calidad de esta) y la acusen de que no se mantiene por sí sola es tan absurdo como pedirle esa misma capacidad a un episodio cualquiera de, por ejemplo, Juego de tronos. Porque si algo caracteriza a la cuarta entrega del supergrupo liderado por Iron Man y el Capitán América es que está concebida no solo como continuación directa de la inmediatamente anterior Vengadores: Infinity War, que también, sino como la conclusión de una enorme historia río de protagonismo coral... de forma que lo que venga después tendrá que ser radicalmente diferente. Para ello, los hermanos Anthony y Joe Russo -que desde Capitán América: El Soldado de Invierno tomaron el relevo de Joss Whedon como los directores más importantes de la franquicia- han conseguido mantener el secretismo de forma blindada (hasta el momento de su estreno, claro) en la era de las redes sociales. Y, en efecto, es conveniente para el aficionado que si quiere disfrutar de su visionado llegue al cine con la menor información posible. Por tanto, si eres tan osado como para estar leyendo estas líneas sin haber visto la película y tienes intención de hacerlo, te aconsejo que dejes de leer ahora mismo.

Thanos, el villano definitivo de Marvel en el cine

Al final de Infinity War, los espectadores asistimos sorprendidos a la muerte de un gran número de personajes, varios de ellos auténticos protagonistas del film, a manos de Thanos (que si no es mi villano favorito de la saga, porque ese es Loki, le va a la zaga). Aquel me sigue pareciendo, a pesar de lo que sabemos hoy y de que los lectores estamos más que curados de espantos ante lo relativas que suelen ser las defunciones dentro de las coordenadas del género, el final más sorprendentemente radical que jamás había tenido un blockbuster, superando a los pocos casos ligeramente similares que le precedieron: pienso concretamente en Matrix y El señor de los anillos, concebidas también como sagas desde el momento de su concepción. Quedaban en pie, pese a ello, los personajes y actores que lo empezaron todo: Iron Man (Robert Downey Jr.), Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo) y Viuda Negra (Scarlett Johansson); pero probablemente para confundir al espectador, faltaba Ojo de Halcón (Jeremy Renner), y también se les permitía sobrevivir a dos o tres personajes más de nuevo cuño.

De este modo, parecía claro que en Vengadores: Endgame los supervivientes regresarían para vengarse de Thanos e intentar corregir lo que este había provocado. Así, y utilizando el universo cuántico visto en las películas de Ant-Man, sus responsables se sacan de la manga la posibilidad de viajar en el tiempo y alterar la línea cronológica del relato tal y como la conocemos hasta ahora. Esto no solo permite el regreso de la mayoría de los personajes desaparecidos, sino que posibilita la recuperación y reinterpretación de filmes anteriores (muy especialmente el primer Vengadores, pero también títulos de Capitán América, Thor y Guardianes de la Galaxia), así como dejar la puerta abierta a futuras reescrituras de este universo superheroico. No obstante, los Russo, los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely y el productor (y coordinador de todo este asunto) Kevin Feige no descuidan ningún aspecto de los relatos heroicos que han triunfado a lo largo de la historia de la literatura y el cine: además del consabido viaje del héroe (del que George Lucas tomó buena nota unas décadas atrás), hacen acto de presencia el inevitable humor, una considerable dosis de épica... y emotivos momentos dramáticos gracias a la muerte de dos personajes fundamentales: el primer deceso resuelve la que es para el que esto suscribe una de las mejores escenas del film; el segundo da pie a un funeral que funciona como una elegía inolvidable a modo de homenaje de todos los que han hecho posible este hito del cine comercial. Y de que estamos ante un regalo para los fans da buena cuenta el hecho de que los créditos finales no incluyan escena alguna -tal y como venía siendo ya una tradición- pero sí los autógrafos sobreimpresos de los actores principales a modo de sentida dedicatoria.

Stan Lee, padre del Universo Marvel

El fin de una era. Así se han referido muchos medios y críticos, nosotros incluidos, a lo que significa Vengadores: Endgame. Y en efecto, a los aficionados nos toca despedirnos de muchos personajes e intérpretes que nos han acompañado durante la última década. Esto incluye al mismísimo Stan Lee, que gracias a sus cameos se ha convertido en una figura conocida hasta por quienes jamás leyeron un cómic escrito por él. Como quizá sepan ya, el que fuera el creador de muchos de los personajes más populares de Marvel Comics falleció el pasado mes de noviembre a la edad de 95 años. Por ello, y tal como han manifestado los hermanos Russo, su fugaz presencia en la película que nos ocupa será su última aparición en pantalla grande. Afortunadamente, nos quedan los cómics; los escritos y los editados por él... y también los que ha protagonizado: al desenfadado y fabulador Stan Lee visita el Universo Marvel se ha sumado recientemente Asombroso, fantástico, increíble. Unas memorias maravillosas, que como su título sugiere es la biografía en viñetas del creador de Spiderman. Por supuesto, estamos ante un retrato hagiográfico: no encontrarán en sus páginas el lado más oscuro de un escritor y empresario que no siempre fue de los más generosos en cuanto a reconocer la verdadera aportación artística de quienes colaboraron con él. Pero si se le perdona este último apunte, puede disfrutarse mucho de cómo el veterano guionista Peter David y la dibujante Colleen Doran nos relatan toda una vida repleta de anécdotas -entre ellas, el origen de la popular expresión de su protagonista que sirve para titular esta columna- y dedicada al arte de contar historias. Unas historias, unas historietas, que fueron muy populares en determinados momentos del devenir de los Estados Unidos, pero que también vivieron momentos difíciles... Y que hoy, gracias a las adaptaciones al cine y en un mundo globalizado, viven un dulce momento de esplendor (comercial, al menos) y han terminado formando parte del acervo cultural de la humanidad como una de sus mitologías más complejas y fascinantes.

Vengadores: Endgame se proyecta en cines de toda España; Asombroso, fantástico, increíble. Unas memorias maravillosas está editado por Planeta Cómic.

 

 

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