La noche del 31 de octubre volvió a ser la noche mágica del terror en la víspera de Todos los Santos. Alrededor de 1.000 personas vivieron una función teatral que sólo se puede disfrutar una vez al año. Además por una buena causa, pues todos los beneficios van destinados a la asociación de niños con cáncer ASPANION.
Lo primero que llamaba la atención al llegar a las puertas del Rabal era el color rojo que había tomado la torre de Santa María, como preludio de lo que iban a encontrar los espectadores. Las colas comenzaron a formarse a partir de las 21 horas, llegando hasta la calle Nueva. Y así continuó hasta la 1 de la madrugada, en un ambiente festivo en el que muchos optaron por venir disfrazados al evento.
En esta edición, dedicada al circo, las Pencas de la Laguna y los Nabos del Pinar han vuelto a superarse en las ambientaciones, las recreaciones y el maquillaje. Un total de 250 actores de edades comprendidas entre los 5 y los 55 años para dar vida a un sinfín de siniestras y sorprendentes representaciones circenses, por las estrechas calles del Rabal.
La experiencia de los tres años anteriores ha permitido mejorar la organización de este evento, que cada año cobra más fuerza. Es sintomático cómo se ha disparado la demanda de entradas desde poblaciones de hasta 40 kilómetros a la redonda.
Y, quizá lo más importante, es que todo el trabajo realizado por Las Pencas de la Laguna y los Nabos del Pinar, con la incansable colaboración de la AVV El Rabal Villena, tienen como objetivo recaudar dinero para la asociación de niños con cáncer ASPANION.
Las Pencas de la Laguna y los Nabos del Pinar.-
AVV El Rabal.-
Fotos: Villena Cuéntame.-
