Fallece Francisco García Arnedo, persona clave en el hallazgo del Tesoro de Villena
El operario encontró un brazalete entre la arena extraída de la rambla del Panadero que utilizaban para una obra, indicio para las excavaciones posteriores de José María Soler
El alcalde de Villena, Fulgencio Cerdán, ha expresado sus condolencias a la familia de Francisco García Arnedo, fallecido a los 86 años de edad, y considerado pieza fundamental en el descubrimiento del Tesoro de Villena, uno de los hallazgo de la Edad de Bronce más importante de Europa.
Cerdán ha manifestado “nuestro dolor compartido por toda la familia y amigos que ha perdido a un ser querido, pero también quiero hacer público el reconocimiento de nuestra ciudad a un hombre que se convirtió en un elemento esencial en uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de Europa, y que ha permitido poner el nombre de nuestra ciudad entre los lugares más relevantes de la Edad de Bronce”.
Para el alcalde, “la figura de García Arnedo es una manera de reconocer la aportación de hombres humildes y sencillos, buenos de corazón, en la construcción de nuestra historia. Son básicos nuestros investigadores, nuestros arqueólogos, pero también determinados gestos sencillos, llenos de curiosidad, capaces de cambiar la descripción de nuestra historia”.
En este sentido, se ha pronunciado la directora del Museo de Villena, Laura Hernández, quien ha coincidido con el alcalde de la ciudad en calificar su figura como “clave” en el hallazgo. “Fue una persona fundamental en el desarrollo de los acontecimientos que dieron lugar al hallazgo del Tesoro. Francisco encontró el brazalete que permitió a José María Soler iniciar las investigaciones y excavaciones que concluyeron con el hallazgo del fabuloso conjunto”, ha explicado.
Hallazgo y pista
Fue en octubre de 1963 cuando Francisco García descubrió la pieza, que no pudo identificar en su momento como joya, entre la tierra que se había extraído de la Rambla del Panadero, en la villenense sierra del Morrón. Entre el montón de material que habían depositado para una obra de la calle Ferriz se encontró el brazalete que en un primer momento pensaban que podía ser una pieza del motor de un camión.
El capataz de la obra, Ángel Tomás, lo dejó expuesto a la espera de que alguien viniera a buscarlo, confundido como un cojinete de camión. La fortuna fue que acabara en manos del joyero local, Carlos Miguel Esquembre, quien recurrió al ojo experto del director del Museo Arqueológico Municipal, José María Soler.
Esto permitió iniciar las excavaciones en la rambla que, tras varios días, dio el 1 de diciembre con el hallazgo arqueológico más importante de la Edad de Bronce en toda Europa. Un conjunto de 59 piezas de oro, plata, hierro y ámbar de casi 10 kilos de peso.
Es bueno recordar a las personas humildes de nuestra Ciudad que han participado en el descubrimiento de nuestro Tesoro de Villena. Personas como Francisco García que encontró el brazalete, o Carlos Miguel Esquembre que lo puso en conocimiento de José María Soler. Pero habría que preguntarse cómo pasó el brazalete de ser un cojinete de un camión a una joyería. No fue la fortuna quien obró el milagro, sino mi abuelo José García López que tenía un taller de fundición de oro y a quien iba la gente a vender joyas y dientes de oro de sus familiares. A él le llegó el brazalete para ver si era de oro y venderlo para fundirlo. Fue mi abuelo quien se dio cuenta del valor arqueológico de esa pieza y se negó a fundirla diciéndole al portador que lo llevara a la joyería de Carlos Miguel. También es justo saber que el brazalete pudo haber sido fundido como tantas otras joyas sin que nadie tuviera conocimiento del descubrimiento y que fue mi abuelo el primero que supo ver el valor arqueológico del brazalete. Un ciudadano más que también ayudó al descubrimiento.