Faltan las banderas del País Vasco y Cataluña en la fachada del Ayuntamiento

Desde hace unos años hemos podido observar cómo, en un momento dado, las banderas de alguna de las comunidades de la nación desaparecían o eran quemadas en la fachada del Ayuntamiento durante los festejos en que son colocadas. En el día de hoy Manuel Catalán, responsable de este protocolo, ha vuelto a colocar las banderas en la fachada del Ayuntamiento como todos los años. Como manda el protocolo, el primer lugar lo ocupa la autonomía más antigua y el último la autonomía más reciente.
Hoy, 2 de septiembre, han vuelto a ser colocadas, pero es que, tal y como pueden comprobar en las fotografías adjuntas, las 17 banderas ondean flamantes al viento como si nada sucediese, como si las banderas del País Vasco y Cataluña estuviesen como siempre, pero en esta ocasión han sido sustituidas por las banderas de otras dos comunidades, como son La Rioja -por País Vasco- y Aragón –por Cataluña.

Sorprendidos por esta “anomalía”, hemos podido hablar con Manuel Catalán, responsable de la colocación de las banderas, e inmediatamente hemos conocido la respuesta. “Estoy harto de que todos los años quiten estas dos banderas y me lleven de cabeza para volver a conseguir banderas nuevas de Cataluña y País Vasco, por eso no las he puesto hoy, aunque las pondré el día 5 para el Pregón”, nos contaba Catalán, quizás sin reparar que el año pasado, durante las fiestas, unos gamberros bajaron el mástil que mantenía la bandera del País Vasco, quizás para llevársela, y ante la rápida presencia de la Policía Local no pudieron realizar sus intenciones y acabaron tirándola al contenedor situado en el callejón El Chicho, acto del cual fuimos testigos los que nos encontrábamos en la Plaza de Santiago a las tres de la mañana aproximadamente, y gracias al rápido despliegue policial pudo ser colocada, en el mástil, de nuevo.

Pero ésta no ha sido la única ocasión en que las banderas se han quitado. Recordamos hace unos años cuando, a plena luz del día, se quitó y quemó la bandera del País Vasco creando una gran confusión entre los vecinos de la ciudad, pues eran años cercanos al 75 y estos actos se interpretaban de una forma diferente a nuestros días, ya que la situación política se encontraba en un estado diferente al actual. Esperemos que se acabe de una vez por todas con este suplicio que lleva “loco” a Manuel Catalán y la cordura impere entre esta gente que manifiesta su disconformidad con las instituciones de esta manera.