Opinión

FCC no quiere pagar por la planta solar ni por el canon del agua, pero pretende cobrar 600.000€ por la piscina cubierta

La que le ha caído a Villena con Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) es difícil de describir, y la situación está pasando de castaño a oscuro. Una de dos: o se creen que somos idiotas o piensan que en Villena no pasa nada y pueden hacer lo que les venga en gana y cuando les venga en gana.
La planta termosolar: Todos conocemos el problema suscitado con la célebre planta termosolar de los Alhorines, ya que FCC, que en su día firmó los dos convenios que le puso delante nuestro ayuntamiento, se niega ahora a cumplir lo firmado, que pretende reducir hasta la mínima expresión aprovechando una ordenanza que en su día se creó para facilitar la implantación de grandes empresas en nuestro término municipal y evitar su marcha a otras ciudades.

La piscina cubierta: Por otra parte tenemos la piscina cubierta, que desde su creación ha sido deficitaria, de la que FCC ha presentado una liquidación a nuestro ayuntamiento por valor de 600.000 euros, estando obligado el ayuntamiento a asumir esos gastos para mantener el equilibrio económico. No obstante, los horarios para poder usarla dejan bastante que desear, las tarifas sólo son competitivas para algunos colectivos concretos (jubilados, por ejemplo) y además existen trabas incomprensibles, como el hecho de no poder pagar en efectivo por disfrutar un rato de las instalaciones… Aunque claro, ¿quién va a tener interés en mejorar todas estas condiciones si, finalizado el año, los villeneros –a través de su ayuntamiento– deben cubrir las pérdidas que a FCC se le antojen?

La concesionaria del agua: Pero no se vayan todavía, que aún hay más. La concesión del agua potable de Villena, después de una sentencia, recayó en la empresa Aqualia, propiedad de FCC, que quedó situada en segundo lugar en el concurso de adjudicación de 2004, y que ha pasado a gestionar recientemente ese servicio tras la anulación judicial de la adjudicación a Viarsa. Como recordarán, Aqualia no ha dejado de marear a los pobres contribuyentes con los recibos del agua, que sólo se podían pagar donde, como y cuando Aqualia quería, situación subsanada –solo en parte– tras una denuncia de El Periódico de Villena. Pero no se crean que los problemas terminan aquí, qué va.

No contentos con llevar de cabeza a los ciudadanos que no tienen domiciliados sus recibos, Aqualia ha remitido un escrito al ayuntamiento anunciando que, como los gastos de explotación del servicio no son los mismos que en el año 2004 –cuando ellos presentaron su oferta para quedarse con la concesión–, el consistorio debe eximirles del pago del canon estipulado por el aprovechamiento de nuestra mayor riqueza, el agua de nuestro subsuelo, indicando, generosos ellos, que el canon por el alcantarillado sí lo pagan… pero por el agua no, situación que clama al cielo tras ver cómo pretenden que se les rebajen el ICIO y las tasas de obra de la planta termosolar mientras que ellos no ceden un céntimo de lo supuestamente adeudado por el equilibrio económico de la piscina cubierta.

En vista de lo cual, y pensando en sus próximas peticiones, sólo se me ocurre algo más: ¿tendremos que ir pensando en bajarnos los pantalones?

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