Festival de Títeres Las Cruces-San Crispín
Llegamos a la vigésimo tercera edición de este festival de títeres en nuestra ciudad con las razonables dudas sobre sus posibilidades para cumplir su cuarto de siglo. Desde el 7 al 9 de agosto cuando el cielo oscurezca se desarrollarán en la placeta de San Crispín los tres espectáculos programados para hacer salir a la calle y divertir a toda persona que quiera acercarse. Mayores y pequeñas, de este barrio o de aquel, de Villena o de Singapur. No es un gran festival de títeres. Pero es nuestro festival y el trabajo que desarrollan las compañías en escena está pensado para ustedes, queridas personas, y no para ningún gran festival o sala.
Este año contaremos con las Musas de Elche y con Los Claveles de Murcia, unas tierras donde el género está largamente trabajado, y cuentan con un gran número de compañías dedicadas a él, por lo que desde allí nos han llegado a nuestra ciudad un buen número de espectáculos originales, dinámicos y de cuidada factura. La novedad este año es la propuesta llamada El primer beso o Cómo vino al mundo el Orejón de Villena, presentada por Tracalet Teatro, e ideada por el villenero Salva Puche. De Salva ya hemos hablado aquí en alguna ocasión, como cuando La historia del conejo volador recibió en Italia uno de los mayores reconocimientos al teatro de títeres.
Pudimos verlo durante el desarrollo del Festitíteres alicantino a finales de 2010 y les aseguro que fue una experiencia para no olvidar. En cualquier caso ahora la compañía se dispone a realizar un ejercicio de ingenio sobre la figura del Orejón de nuestra ciudad, que no solo rescata esta emblemática figura sino que además la dotará de un cuerpo, un pasado, totalmente desconocido o insospechado. Intriga la propuesta. Y quién sabe si con el paso del tiempo este Orejón llegara a conseguir el cariño y el reconocimiento que por ejemplo el Tirisiti tiene en nuestra vecina ciudad de Alcoi , aunque antes de embarcarnos en el cuento de la lechera, debemos prestar atención y acudir a la plaza la noche del espectáculo para ver con nuestros propios ojos la propuesta y dejarnos llevar por la magia de este género teatral, quizás el más mágico de todos.
No hará falta recordar, ahora para terminar, que se desarrolla al aire libre y que la entrada es gratuita, y que tales condiciones no deben dar lugar a alguna que otra molestia que por falta de educación y respeto hemos sufrido en anteriores ediciones. La plaza está igual de abierta para quien quiera acudir como para quien prefiera marcharse por falta de interés con lo que allí se desarrolla. De modo que vamos a disfrutar esta vigésimo tercera edición y a desear que nuestro festival cumpla veinticinco o cincuenta ediciones más.