Fiestas del Medievo: el orgullo de un barrio, la vergüenza de un ayuntamiento
La Asociación de Vecinos del Rabal está en quiebra. El ayuntamiento todavía adeuda el pago por las Fiestas del Medievo 2019
La Asociación de Vecinos del Rabal está en quiebra. Así, como suena. La razón no es otra que la falta de pago, por parte del ayuntamiento, del dinero comprometido para la celebración de las Fiestas del Medievo 2019. Leen bien. Las del año pasado. Hace justo 365 días.
Ante la no llegada de dichos fondos, comprometidos y presupuestados, los vecinos cubrieron los gastos del año pasado con los ingresos obtenidos de su único evento con rentabilidad económica: el Rabalfest de octubre. Seis meses después, con el dinero todavía sin llegar y con las arcas de la asociación vacías, han debido hacer frente a los gastos del Medievo 2020 con sus propios fondos personales. Hay personas que han aportado varios miles de euros de sus ahorros para que una celebración que beneficia a toda la ciudad saliera adelante.
Desde el punto de vista burocrático, la falta de pago podrá está bien justificada por la Ley de Contratos, el procedimiento administrativo, el artículo 33 o el sursuncorda, pero desde el punto de vista político, e incluso humano, es una auténtica aberración. El gasto se ha realizado, todos lo hemos visto con nuestros ojos, y objetivamente ha beneficiado a nuestra ciudad. Huelga repetir ahora todos los argumentos a favor de estas Fiestas y esta asociación, porque son más que conocidos y están repetidos hasta la saciedad, también por nuestros políticos.
Pero de nada sirve salir a ponerse una medalla por conseguir para el Medievo la declaración como Fiestas de Interés Turístico Autonómico, o sonreír en la foto anunciando que para 2020 la subvención aumenta hasta los 25.000 euros, si en un año entero –12 meses, 48 semanas, 365 días– no hemos sido capaces de pagar los 18.000 que se adeudan del año anterior, dejando en la estacada a los vecinos y en el aire a las Fiestas.
Probablemente en unos días o semanas llegará ese cobro, ya que en el Pleno de hace apenas una semana se aprobó la liquidación de los gastos pendientes de 2019. Pero eso no arregla nada, porque dentro de un año estaremos hablando del mismo problema con el dinero relativo a la edición 2020, recién celebrada. La paciencia tiene un límite. Y el de muchos vecinos ya se ha alcanzado.