Cuanto menos sorprendente sería para propios y extraños, la semana pasada la maqueta de la Plaza de Toros en el pabellón del Instituto Ferial de Madrid (IFEMA) con motivo de FITUR y a propósito de Villena. E imagino que sería así porque en estos tiempos pocas ciudades llevan entre manos un proyecto de esta envergadura y dimensiones.
En una feria internacional de Turismo de la importancia de Fitur muchos son los profesionales y los expertos del sector que se dan cita para definir las líneas de trabajo, estrategias y alianzas empresariales. La dinamización y reforzamiento de la actualidad turística es el fin de un encuentro en el que las cambiantes demandas deben prestar, sobre todo, innovación. ¿Y qué mejor que innovar con infraestructura palpable, con modernización y, a la vez, con patrimonio?
En la Plaza de Toros, lógicamente, se celebrarán corridas de toros y, además, en una de las bóvedas de la planta baja se situará el Museo Taurino Villenense. No podemos, ni debemos, olvidar el trabajo de La Taurina Villenense. Una Sociedad Anónima que, en los años 20, consiguió que se realizara el edificio y cubrió unas necesidades culturales que la población reclamaba y disfrutó. Y ello sin pasar por alto que con un aforo de unas 4.000 personas un número significativo e importante a nivel provincial e incluso autonómico, cubierta con una cúpula de cristal realizada por una empresa de Villena, un anillo exterior móvil para la climatización, una pirámide anexa también de cristal que será cafetería y con aparcamiento para unos 300 vehículos, está llamada, al ser una plaza multifuncional, a que se den cita eventos de todo tipo.
Son los mayores quienes recuerdan que la Plaza de Toros se utilizó como teatro, como circo de verano, circo americano, patinaje sobre hielo, presentaciones de Regidora y actos locales de diversos tipos. Es beneficioso que, además de recuperar patrimonio histórico, devuelva esta nueva plaza la esencia, en este sentido, de ella misma.
No está mal, como decía al principio, el efecto sorpresa, pero mucho mejor es causar expectación y sin duda la maqueta, a tenor de las declaraciones tanto del Presidente de la Diputación como de la Generalitat Valenciana, la causó. Uno se comprometió a trabajar para que la Plaza de Villena albergue acontecimientos y sea un referente en la provincia, y otro apuntó lo emblemático del monumento y la perdurabilidad en el tiempo.
Los datos de Fitur en cuanto a expositores, países, regiones, profesionales y periodistas son cada vez mejores. Se trata de convertir el ocio en negocio y el negocio en desarrollo. Lo sabemos. Villena es más, mucho más, que la Plaza de Toros y los dimes y diretes que siempre le acechan, pero lo verdaderamente importante es que el esfuerzo, el trabajo y el entusiasmo que destila se vea recompensado y sea, para nuestros industriales, hosteleros y todos los villeneros en general, más que un incentivo, un empuje fuerte y duradero.
