Flores marchitas en Hollywood
Abandonad toda esperanza, salmo 56º
Aunque admiro su trabajo y he leído algunos de sus libros, La Dalia Negra sigue siendo una de mis asignaturas pendientes de la obra de James Ellroy. Así pues, no hay mal que por bien no venga, me enfrento a la reciente adaptación cinematográfica libre de todo prejuicio.
Y a pesar de los vapuleos unánimes de la crítica internacional, La Dalia Negra de Brian De Palma funciona. Desconozco si lo hace como historia a lo Ellroy (aunque juraría que su primera hora lo consigue a la perfección, dado el dibujo que muestra de una época violenta y los consabidos enfrentamientos entre policías tan caros al escritor de Los Ángeles), pero desde luego lo logra como un trabajo de De Palma.
La película trasciende lo que en un principio prometía ser una recuperación de todos los tópicos del noir (que es en lo que se quedaron la mayoría de películas del género contemporáneas ambientadas en los años 40 y 50, con la excepción de Chinatown de Roman Polanski y L.A. Confidential, otra adaptación de Ellroy), y se convierte en una radiografía del lado oscuro de Hollywood(land), repleto de casas de construcción barata y decorados de cartón piedra no muy alejados de lujosas mansiones que albergan lo más selecto del Arte de todos los tiempos.
De esta forma, Brian De Palma, vía Ellroy, muestra cómo los policías encarnados por Josh Hartnett y un prodigioso Aaron Eckhart se mueven en un mundo donde, por una vez, la corrupción no está en el cuerpo policial sino en el ciudadano de a pie; al menos en el ciudadano de a pie que puede permitirse un coche con chófer, lo que lo hace creerse que está por encima de todo y de todos. Y muchas veces, lo cree con razón.
Resulta harto curioso que dos actrices tan competentes como Scarlett Johansson y Hilary Swank no acaben de cogerle el punto a sus personajes (la primera no llega; en cambio, la segunda se pasa y convierte a Madeleine Linscott en un ramillete de todos los tópicos de la femme fatale). Pero todavía resulta más curioso que una actriz menos conocida de lo que debiera, Mia Kirshner, consiga con apenas tres o cuatro escenas (la filmación de un casting y una breve película erótica sin diálogos), dar cuerpo y alma a una flor marchita, la malograda Elizabeth Short, robando el corazón a los espectadores y, de paso, la película a sus compañeros de reparto.
Y pese a quien pese, la película no es, como muchos la consideran, confusa. En todo caso, podría tildarse de previsible (o sea, todo lo contrario). Pese a ello, es una competente obra de Brian De Palma, que parece hablar por boca de uno de sus personajes cuando afirma: "De una forma u otra, Hollywood siempre encuentra la manera de joderte". Eso es algo de lo que el autor de Carrie sabe bastante.
La Dalia Negra se proyecta en cines de toda España.