Fuegos artificiales y colorido en la primera Embajada Nocturna de Villena
Ha sido la embajada nocturna uno de los actos que muchos festeros han querido incluir en el programa de nuestras fiestas, y este sábado llegó el momento de poner en escena ese acto, dentro del programa de ENTREFIESTAS, las I Jornadas sobre Fiestas de Moros y Cristianos de Villena. A pesar del anacronismo que representa la embajada, mucho más siendo nocturna, el espectacular resultado que podía dar la representación con el binomio, Castillo de La Atalaya y noche hacía desbordar la imaginación a cualquier amante de la fiesta.
Incontables son las horas que el grupo de embajadores ha dedicado a la preparación de la Embajada Nocturna, pero el premio ha superado con creces el esfuerzo que han realizado. Todo comenzaba el pasado sábado en la Plaza de Santiago con el desfile, cuando los dos bandos, Moro y Cristiano, se dirigían hacia el Castillo. Una torre de asalto, que después serviría como atalaya al Embajador Cristiano, acompañaba a los dos ejércitos camino del lugar de la batalla. En este lugar, y para sustituir la arcabucería, se habían colocado dispositivos pirotécnicos (que asemejaron el sonido de los arcabuces), además de fuegos artificiales que dieron esplendor a la noche y vistosidad a la toma del castillo, una vez terminada la Embajada.
Las luces dieron el toque mágico que todos esperábamos, pues la pedrería y adornos de los trajes utilizados brillaban de la forma que lo hacen durante la Cabalgata, iluminando mágicamente la Corredera. Con ese color y la ejecución, que solamente le pueden dar los festeros de Villena, el éxito estaba prácticamente garantizado. A pesar de que se hizo la puesta en escena tal y como se desarrolla la embajada del día 8 de septiembre, se retocaron algunas palabras del texto habitual (día por noche, sol por luna), pero el asalto lo realizaron, los soldados cristianos a la carrera como el día 8, conquistando el castillo y expulsando a los moros, que abandonaron la fortaleza, en esta ocasión sin la Mahoma. Los fuegos artificiales dieron por finalizado el acto, dejando por escrito y rubricado el trabajo realizado por el grupo de embajadores con su director al frente, para la elaboración de esta Embajada Nocturna, quizás irrepetible, realizada en nuestro Castillo de La Atalaya.
Lo único que se echó en falta fue ver la Efigie de Mahoma en el Castillo y resultaba curioso oír a los niños preguntando a sus padres, en la tribuna preparada para esta embajada, ¿por qué no esta la Mahoma?, ¿por qué no están los Piratas? ¿y los Estudiantes?... La Embajada Nocturna, ha sido lo que se esperaba, un éxito, pero se ha perdido la oportunidad de crear, al mismo tiempo que se preparaba esta embajada, un texto que representase parte de la verdadera toma de nuestra ciudad, mediante el asedio a la villa, por las tropas de Jaime I.