Gallardón Sí
Existe un PP que me gusta. Un PP moderno, liberal y eficiente, capaz de lidiar una situación económica preocupante y hacernos entrar en el euro por la puerta grande para pasmo de Alemania y la siempre ruin Francia, de lograr consensos con partidos como el PNV (han leído bien) y CIU, de alcanzar por derecho propio la mayoría absoluta y situar a España donde por pasado, presente y futuro le corresponde (y no hablo de las Azores).
Existe un PP en el que figuras como Rodrigo Rato o Alberto Ruiz Gallardón han brillado y brillan con luz propia, hasta tal punto que les caen palos de todas partes, empezando por sus rivales políticos y acabando por sus propios compañeros, incapaces de eclipsar a unas personalidades que cuentan, ante todo, con lo más deseado por todo político que se precie: el respaldo de los ciudadanos.
Recientemente ha sido lanzada a la red una página web (Gallardón NO) cuyo fin es pedir a los ciudadanos madrileños que no voten a Ruiz Gallardón en las próximas elecciones locales, definiéndose sus precursores como afiliados y simpatizantes del PP que pretenden evitar que Gallardón llegue a la presidencia del PP y se presente como candidato a la Presidencia de España, debilitar al lobby progre del PP e impedir la deriva del PP hacia posiciones de izquierdas (sic).
Apenas ha trascendido la noticia están surgiendo teorías para todos los gustos desde que la web está impulsada por el PSOE hasta que se encuentran detrás partidos de extrema derecha que quieren robar votos en el sector más conservador del PP, pero lo cierto es que a estas alturas parece ser que, en efecto, la campaña está llevada a cabo desde algún núcleo de electores del propio PP, esos que se indignan porque el ayuntamiento de Madrid reparte preservativos en los institutos y facilita el acceso a la píldora del día después (¡qué tiempos aquellos en que los ricos mandábamos a la nena a abortar a Londres mientras impedíamos que las hijas de los pobres pudieran hacerlo aquí!) o lanzan campañas contra el propio Gallardón por contratar espectáculos como la famosa Revelación de Leo Bassi (sí, amigos, la asociación Hazte Oír, además de montar campañas reclamando la vuelta de la censura o impedir el top-less en las playas también pide la cabeza del alcalde de Madrid ).
Y es que no existe sólo un PP moderno y liberal, qué va. También existe un PP cada día más ultramontano y reaccionario donde políticos que no ocultan su vinculación con el Opus Dei y otras asociaciones integristas (Ángel Acebes o José María Michavila entre otros) están cargándose de un plumazo un trabajo de muchos años, el proceso evolutivo que llevó a los herederos del franquismo a crear y desarrollar un partido democrático en muchos sentidos modélico y que, a día de hoy, parece a punto de dividirse (ya veremos como no ganen las elecciones de 2008) entre los seguidores de los profetas del Apocalipsis y la Conspiración y esos otros sectores más moderados y realistas que tan bien representa el alcalde de Madrid.
Volviendo a este último, para terminar, no me cabe la menor duda de que por muchas campañas que le hagan va a ganar de calle las próximas elecciones. Dense una vuelta por Madrid y verán que las zanjas, los atascos y las obras tan criticadas durante los últimos tres años están dando paso a una ciudad prácticamente nueva en según qué barrios para alegría de sus vecinos y pesar de los agoreros que decían que cerrar tres años al tráfico la principal vía circulatoria de la capital (la M-30, y no me busquen comparaciones; o sí, allá ustedes) era una locura y un imposible.