Como salimos a la luz antes de que se revele el final de esta tensa espera que supone la resolución final de los pasados comicios, me gustaría aprovechar para rescatar algunos aspectos culturales que chirrían desde hace demasiado tiempo en nuestra ciudad. Porque tengo la sensación de que ese demasiado tiempo ya se ha convertido en demasiado tiempo, e igual que ocurre con las flores o la amistad, sin una continuada atención las ganancias culturales mueren y los problemas se enquistan.
Con la ilusión muerta y los defectos asumidos como costumbre inevitable, nuestro panorama cultural resulta un jardín amorfo y descuidado, salpicado de eventuales prodigios y de otra inesperada y maravillosa flora que brota salvaje allí donde encuentra un trozo de tierra.
Es necesaria una regeneración cultural en nuestra ciudad. Un brote de energía capaz de asumir el movimiento artístico y cultural de Villena, y capaz de concebir programas vinculados a nuestra vida sociocultural. Un proyecto general que relacione el trabajo de espacios, entes, grupos, personas y asociaciones, respetando la independencia de cada cual pero interactuando y conciliando cada propuesta.
Es complicado intentar hacerse entender escribiendo así, lo sé. Cuando en realidad lo que quiero pedir a quienes estén ocupándose de nuestros asuntos municipales, es que piensen y crean en una práctica cultural que tome en cuenta todo cuanto se desarrolla en Villena, que le dé cabida en su programa. Porque es un modo de crear sociedad, de crear cultura, de crear arte y, quién sabe si de crear empleo (riqueza, como prefieren decir en política). Porque el Área de Cultura se cruza transversalmente con muchas otras áreas: Juventud, Educación, Turismo, Desarrollo, Bienestar Social ; igual que dichas áreas se cruzan transversalmente sobre el área de Cultura. Visto de este modo encontramos que la interacción entre ellas siempre resultará beneficiosa para todas, puesto que se enriquecerán con la suma, además de reducir los recursos necesarios si son compartidos.
Gane quien gane creo que debe pararse un momento a mirar alrededor antes de pasar página y comenzar con una nueva línea cultural. Tomar conciencia, repasar, enumerar, todo cuanto se desarrolla en nuestra ciudad. Volver la vista atrás y valorar lo que hemos tenido, lo que hemos perdido: lo que fue adecuado dejar perder y lo que todavía podemos recuperar de aquello que desapareció por dejadez o desinterés. Porque a mi entender hay mucho por lo que La Cultura de Villena debe pedir perdón: a iniciativas, asociaciones, grupos, artistas, movimientos. Pedir perdón, que es un modo inteligente para comenzar un nuevo camino creado por toda la ciudadanía de Villena. Un camino que se recorre a través de una cultura que no es de compra-venta, que se recorre dando el valor artístico, cultural, social y económico que merece desde el más pequeño al mayor de los eventos de la ciudad.
